Varón, mayor de 65 años o menor de 12, perfil de las víctimas de incendios, que suelen ser en meses de invierno y originarse en el salón

MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

Un total de 162 personas han perdido la vida en España en 2014 por un incendio o explosión en su hogar, lo que representa un aumento del 22 por ciento con respecto al año anterior, según las conclusiones de un estudio elaborado por la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), lo que refleja un cambio de tendencia tras cuatro años consecutivos de disminución.

El documento constata que, a pesar de que durante 2014 los cuerpos de bomberos realizaron un total de 125.774 intervenciones por incendios, 14.226 menos que el año anterior, este descenso en el número de incidentes no se reflejó en el número de víctimas mortales, con 30 más que el año anterior (cuando se registraron 132). En cualquier caso, los autores del estudio precisan que el índice de víctimas por millón de habitantes se sitúa en el 3,48, uno de los más bajos del mundo.

Del total de fallecidos, 102 fueron hombres mientras que por comunidades, Islas Baleares (con 7,25 víctimas mortales por millón de habitantes), Asturias (con 5,71) y Murcia (con 5,45) encabezan el ranking con mayor índice de víctimas mortales. Por el contrario, las que tuvieron menor tasa de víctimas mortales por millón de habitantes en 2014 fueron Navarra y La Rioja (sin víctimas mortales), así como Galicia (con 1,09), Aragón (con 1,51) y Cantabria (con 1,70).

El estudio detalla que, durante 2014, en los hogares se han producido una media de 40 fuegos diarios. Entre las causas más frecuentes de incendio con víctimas mortales, aparecen los descuidos con aparatos productores de calor, como radiadores, chimeneas y braseros; los incidentes de tipo eléctrico; mientras que los cigarrillos se sitúan como el tercer motivo más frecuente.

El estudio añade que la mayoría de las personas que fallece en este tipo de accidentes lo hace como consecuencia de una intoxicación (en dos de cada tres casos) que sufre como resultado de un incendio o una explosión originada en el salón, el lugar en el que mayor número de incendios se originan, seguido del dormitorios y la cocina. La muerte por quemaduras es otra de las causas de fallecimiento.

El informe también precisa que los meses de más frío registran siete de cada 10 víctimas mortales. Así, entre noviembre y marzo, se produjeron 107 víctimas mortales (un 66% de los fallecidos), mientras que en el resto del año, durante los otros siete meses, fallecieron 55 personas (el 34%). En concreto, en el caso de diciembre, en este mes fallecieron 30 personas; en enero, hubo 20 fallecidos y en marzo, 17.

Dicha siniestralidad afectó en más de la mitad de los casos (58 por ciento) a las personas mayores de 65 años, colectivo que ha pasado de 60 muertos en 2013 a 75 en 2014. En este sentido, el estudio también pone de manifiesto que los mayores índices de víctimas mortales en viviendas son aquellos en los que habita un ocupante habitual en solitario y mayor de 75 años.

Además, en el análisis del número de víctimas mortales por segmentos de edad se mantiene la tónica de años anteriores y, en 2014, más de la mitad de las víctimas (el 52%) tenían más de 64 años. También en esta ocasión, los autores del estudio focalizan la atención en los menores de 12 años, colectivo que ha pasado de registrar dos fallecidos en 2013, a 12 en 2014.

Por otro lado, el documento destaca que la probabilidad de morir víctima de un incendio fuera de un edificio es muy pequeña. De este modo, en 8 de cada 10 casos se registra una víctima mortal en una vivienda, frente a las superficies comerciales y los hospitales, edificios con menor incidencia.

CONSEJOS

Este estudio se elabora con el objetivo de disponer de información precisa sobre las víctimas mortales de incendios y explosiones y sus circunstancias para desarrollar acciones preventivas. Por ello, Fundación Mapfre recomienda no fumar en la vivienda y aconseja no sobrecargar los enchufes con ladrones, además de desconectar los aparatos eléctricos después de usarlos, no realizar manipulaciones caseras en las instalaciones eléctricas y no dejar cerillas y mecheros al alcance de los niños.

La Fundación aconseja también a los ciudadanos que instalen detectores de humo que, a su juicio, son el mejor sistema para sobrevivir a un incendio por la noche, uno de los momentos más peligrosos del día, junto al que se produce antes de hacer la comida.

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