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Prisión, cárcel, FLICKR/VICTOR - Archivo

MADRID, 21 (EUROPA PRESS)

La Organización Mundial de la Salud ha publicado el 'Informe de la OMS sobre el estado de salud de las prisiones en la Región Europea de la OMS' en el que, tras analizar los sistemas de salud penitenciarios de 39 países europeos, incluido España, ha alertado de que ignorar la salud de los presos tendrá un "alto coste" en el futuro para la sociedad.

Y es que, se ha puesto de manifiesto que el estado general de los sistemas de vigilancia y vigilancia de la salud en las cárceles es deficiente, lo que afecta el desarrollo de las políticas basadas en evidencia que apuntan a las necesidades de la población carcelaria.

"Sólo tenemos datos de 39 países, pero los que tenemos indican una enorme diferencia en la salud general de las personas que están en prisión en comparación con las que no lo están", ha dicho la gerente del Programa de Alcohol y Drogas Ilícitas en la Oficina Regional de la OMS para Europa, Carina Ferreira-Borges.

Se estima que seis millones de personas son encarceladas cada año en la región europea de la OMS, y una vez son puestas en libertad, las tasas de reincidencia y regreso a prisión son altas. En este sentido, el informe ha alertado de que este momento entre la prisión y la libertad a menudo conduce a una atención médica "desarticulada e ineficaz".

"Durante los primeros días de la liberación de una persona aumenta el riesgo de suicidio, autolesiones y sobredosis de drogas. Esto significa que la continuidad de la atención durante esta transición es crítica. Las brechas en la atención durante este período tienen implicaciones negativas significativas para la salud pública y pueden limitar la capacidad de un país para abordar las desigualdades", ha dicho el organismo de Naciones Unidas.

En este punto, el director de la División de Enfermedades No Transmisibles y Promoción de la Salud a lo largo del curso de la vida en la Oficina Regional de la OMS para Europa, Bente Mikkelsen, ha recordado que una "gran proporción" de presos son puestos en libertad cada año, por lo que ha asegurado que ver las cárceles como un entorno de salud pública puede "mejorar" la alfabetización en salud y proteger a las poblaciones más vulnerables.

"Una sentencia de prisión le quita la libertad a una persona, pero no debería también quitarles su salud y su derecho a la misma", ha apostillado el experto, tras recordar que las cárceles tienen la oportunidad de ofrecer intervenciones y tratamientos preventivos, así como de reducción de riesgos a una población que anteriormente podría no haber tenido, o tenido acceso limitado, a la atención médica y a un estilo de vida saludable.

"La población carcelaria, con su carga desproporcionada de enfermedades, no se puede olvidar en la búsqueda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas por parte de la OMS. Para lograr una cobertura sanitaria universal y una mejor salud y bienestar para todos es vital que las cárceles se vean como una oportunidad para cambiar los estilos de vida y garantizar que nadie se quede atrás", ha zanjado Mikkelsen.

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