El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, abre la puerta a la posibilidad de que el COVID-19 pueda desaparecer a final del año próximo: "A lo mejor a final del año que viene podemos decir que no hay coronavirus. Estamos en esa situación, probablemente seguirá entre nosotros, pero hay opciones de que no pase así", ha afirmado en un ciclo de conferencias en Ciudad Real en el que participaba como ponente.
Simón ha amparado sus palabras en la existencia de otros virus similares en el pasado, como la recordada "gripe de los pollos", que también llegaron a su fin.
El sanitario ha hecho un recorrido por los momentos clave del inicio de la pandemia y ha recordado cómo el 27 de diciembre de 2019 se conocieron una veintena de casos de neumonía grave en China, y sólo 10 días más tarde ya se había secuenciado el virus. Así, el 7 de enero "ya se tenía toda la información necesaria" en el país asiático para enfrentarse al virus, algo que costó un poco más en Europa y "en el superpoderoso Estados Unidos".
Ha reconocido, según recoge Europa Press, que el primer caso detectado en Europa -una mujer llegada de Wuhan a Alemania sin síntomas- y el "pequeño brote" que este desencadenó llegaron en un momento en el que "no parecía una enfermedad tan grave".
"En cualquier caso -ha recalcado- a mediados de enero ya había un protocolo y un procedimiento" para desarrollar estudios clínicos a través de 30 sociedades científica, siendo España "uno de los tres primeros países" en tenerlos.
Sin embargo, el 23 de enero, el Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud deliberaría que la neumonía detectada en China no suponía un problema a nivel mundial, pues eran pocos los casos identificados más allá de su epicentro.
"No había transmisión comunitaria en ningún sitio más allá de Wuhan, ni siquiera en las otras 30 provincias de China", ha aseverado Simón, quien ha reconocido "ciertas dudas" sobre la información dad por el Gobierno chino en el primer mes de 2020. La percepción no era que China escondiera información, sino que "no la tenían", ha dicho.
Fernando Simón ha lamentado también la decisión del país asiático de "bloquear" la exportación de productos sanitarios, después de que la Organización Mundial de la Salud decidiera enviar una misión a China: "Dejó de haber mascarillas hasta finales de marzo porque todas las del mundo se fabricaban en China".
En adelante, "el resto del mundo globalizado en el que la logística es brutal y enorme, tenía que vivir con los pequeños restos de pequeños lugares".
Llegado febrero, la información conocida avalaba que la transmisión del virus seguía acotada a China, aunque -en palabras de Simón- había ya "cierto mosqueo" por los cierres de ciudades como Wuhan.
"Estábamos todos los países del mundo expectantes para ver qué significaba ese cierre, y el 17 de febrero, China tenía 70.000 casos, y España tenía dos casos, nuestro caso alemán y otro inglés con el virus importado de Singapur que se había contagiado esquiando en Francia", ha relatado.
Una semana más tarde, Italia confirmaría más de 200 casos en el mismo día y lugar, acontecimiento que desencadenaría la prohibición de reuniones, el cierre de territorios y la imposición de cuarentenas a viajeros de China.
Fue "el primer país del mundo que cambió la percepción del virus", según ha opinado el sanitario.
EL 9 DE MARZO "TODO SE PRECIPITÓ"
En los primeros días de marzo, la situación en Italia empeoró, coincidiendo con una intensificación del tráfico entre el país transalpino y España -motivada por el partido de fútbol del Atalanta en Valencia- que supuso la el paso de 7.000 italianos por la feria ARCO.
Así, en España ya se iban detectando casos entorno a dos pequeños brotes: uno en el norte y otro cerca de Madrid, "muy localizados, con más transmisión".
Fue el 9 de marzo cuando se pasó de una trasmisión de entre 50 y 100 casos diarios a computar más de 700. "Ese día, todo se descontroló", ha aseverado, momento en el que se empieza la cadena de toma de decisiones que desembocó en el primer estado de alarma.
