El Gobierno de Portugal ha decidido declarar "el estado de alerta" para tratar de contener la expansión del coronavirus, que deja 78 infectados en el país. De esta manera, ha ordenado cerrar todos los colegios, guarderías y discotecas, así como limitar el público en restaurantes y centros comerciales. Unas medidas que se mantendrán, en un principio hasta Semana Santa.
El primer ministro portugués, António Costa, aseguraba en una comparecencia después de un Consejo de Ministros en el que se han aprobado una batería de medidas que "esta es una lucha por nuestra propia supervivencia". "Esta pandemia en el continente europeo en Portugal aún no alcanzó su pico; por el contrario, está en fase de evolución". Es "muy probable que en próximas semanas" haya más personas contagiadas. "Este puede ser un brote más duradero de lo que se puede haber estimado inicialmente", afirmó.
En cuanto a las medidas, ha decretado "la suspensión de todas las actividades lectivas presenciales hasta periodo de Pascua", desde el próximo lunes, avisando además de que se revaluará el próximo 9 de abril para decidir qué pasos se dan después. También se cerrarán discotecas "y establecimientos similares" y se reducirá "un tercio la capacidad máxima de cada establecimiento de restauración" e impone limitaciones "de frecuencia" en centros comerciales.
Otra de las medidas será permitir que atraquen cruceros turísticos solo para abastecimiento, "no para desembarco de pasajeros", con excepción de aquellos viajeros que residan en Portugal. Asimismo, limitará las visitas a residencias de ancianos en todo el país para proteger a una población "particularmente vulnerable".