La vida en tiempos de coronavirus es un episodio muy largo de Black Mirror. Y el pasaporte Covid es otro de los gadgets que parecen llegarnos desde la distopía de Charlie Brooker. A continuación, damos respuesta a las preguntas más frecuentes que despierta este certificado digital de la mano de Juan Carrasco, socio de Santiago Mediano Abogados.
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¿Inmunizado o test negativo? El pasaporte Covid de Bruselas para viajar está más cerca-¿Es viable? “Existe la voluntad política de hacerlo”, reconoce Carrasco en declaraciones a Bolsamanía. Las últimas informaciones apuntan a que para mediados de este mes conoceremos más la propuesta de la UE.
-¿Puede ser falsificado? Que “PCR” siga al verbo “falsificar” en el buscador de Google dice mucho de la sociedad española. En este caso, Carrasco sostiene que “la seguridad plena no existe, pero antes de poner en marcha este pasaporte, al implicar un tratamiento de información personal, hay evaluar su impacto sobre la privacidad”. En este sentido, se habla de que se utilizará la tecnología blockchain para blindar una información tan sensible. “Debe ser robusta”, añade.
-¿Puede tener otros usos más allá de facilitar el desplazamiento, como ser implantado en bares, restaurantes y otro tipo de negocios? “No creo que vaya más allá (de usarse para viajar), pero este es uno de los riesgos”, asevera Carrasco, a falta de ver la normativa final, y si esta prohíbe o no bares y gimnasios, por ejemplo, regular el acceso a sus establecimientos. “Dependerá de la amplitud del uso que se contemple para el pasaporte, y dicha decisión puede quedar también en manos de los propios países”, señala.
-¿Me lo van a pedir para ir a trabajar? Otro supuesto es que, al igual que hay inmigrantes que se ven obligados a trabajar usando los papeles de otra persona, haya trabajadores que estén forzados a utilizar el pasaporte Covid de alguien para ejercer su labor. “Puede ser un caso, y dependerá también del propio tipo de actividad”, cree Carrasco.
-¿Qué pasa con la protección de mis datos y mi información personal? Si la aplicación móvil que genere el código QR del pasaporte Covid acaba estandarizándose, la siguiente pregunta sería qué pasa con los datos personales.
¿Pueden acabar en manos de comercios o empresas privadas? El caso de Israel puede acabar sentando precedentes. Su mandatario, Netanyahu, ha firmado con Pfizer la cesión de ciertos datos de su población a cambio de recibir un trato preferente para recibir más vacunas. El Gobierno aseguró que se trataban solo de “información personal de forma desagregada y sin identificar” pero, en cualquier caso, Carrasco afirma que “España no puede ceder datos a cambio de preferencia en un trato comercial, otra cosa es ceder ciertas estadísticas para estudios demográficos”.