Las nuevas cepas de Covid-19 se están propagando por todo el mundo, lo que ha disparado la preocupación entre los sanitarios de cara a que se pueda producir un aumento de los casos con la llegada del verano. En España, por ejemplo, la incidencia se ha triplicado en tan solo dos semanas.
El último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA), realizado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), recoge que en nuestro país hay 24,3 casos por 100.000 habitantes en Atención Primaria, en comparación con los 8,3 notificados en la semana anterior, lo que supone un aumento del 192,77 por ciento.
Todo ello se debe a que las variantes FLiRT, cuya etiqueta deriva de los nombres de las mutaciones en el código genético de las variantes, se han incrementado en Estados Unidos y Europa a medida que el coronavirus continúa mutando a partir de cepas anteriores.
El nuevo grupo identificado en mayor proporción en España desciende de la variante JN.1, una rama de omicron que ya era dominante en toda Europa en la temporada de invierno.
Se trata de Pirola, o A.2.86, cuyos síntomas más destacados son fiebre, diarrea, fatiga, dolor corporal, náuseas o vómitos, entre otros. Además de secreción y/o congestión nasal.
KP.2 es ahora la cepa dominante en EEUU, según los últimos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Los casos de KP.1.1, otra variante FLiRT, también han aumentado hasta representar el 7,1% de las infecciones actuales.
La Organización Mundial de la Salud en su última actualización a principios de este mes dijo que los casos siguen siendo limitados en todos los países informantes. Sin embargo, algunos países están mostrando "ligeros aumentos en las detecciones desde niveles muy bajos".