MADRID, 27 (EUROPA PRESS)

Menos del 20 por ciento de las Jefaturas de Servicio en Medicina Interna en España están ocupadas por mujeres, según se ha puesto de manifiesto durante la mesa redonda 'Sesgo de género', organizada en el 40º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que estos días se celebra en Barcelona.

Así, se estima que dos tercios de los estudiantes universitarios de Medicina Interna y dos tercios de los residentes de esta especialidad son mujeres pero, a pesar de ello, menos del 20 por ciento de las Jefaturas de Servicio en Medicina Interna en España están ocupadas por mujeres, lo que revela que pocas de ellas alcanzan puestos de responsabilidad en el mundo científico.

"Algo similar sucede en la SEMI, donde dos tercios de nuestros colegiados son mujeres y la presencia en nuestros congresos es mayoritariamente femenina, pero continúan infrarepresentadas en temas organizativos, como la coordinación de grupos de trabajos o como autores en publicaciones. Por ello, trabajamos para revertir esta realidad de la mano de la creación, hace unos meses, del Observatorio de Igualdad de nuestra Sociedad", ha dicho la responsable del Observatorio de Igualdad de la Sociedad Española de Medicina Interna, Asunción Gonzálvez Gasch.

A juicio de los expertos, el primer paso para modificar los patrones de comportamiento sesgados es ser "realmente" conscientes de su existencia para, a continuación, poder llevar a cabo iniciativas de las instituciones y organizaciones de forma colectiva. Por ello, tal y como ha apostillado la doctora, abordar la cuestión de la desigualdad de género en el mundo científico es un primer paso para avanzar en su transformación.

"Hombres y mujeres deberíamos tener igualdad de oportunidades, sin obviar que somos diferentes. Esto, lejos de ser algo negativo, es profundamente enriquecedor. Si cada género pudiera aportar por igual sus cualidades en todos los ámbitos, construiríamos una sociedad más rica en recursos y con mayor diversidad", ha añadido.

Ahora bien, las desigualdades de género entre hombres y mujeres también están presentes en la atención sanitaria. "Estas diferencias en salud son innecesarias, evitables e injustas y, en muchas ocasiones, aparecen muy temprano durante la infancia y la adolescencia", ha apostillado la doctora del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Vinalopó de Elche (Alicante) y tesorera de la SEMI, Ana Maestre.

Precisamente, una forma "sencilla" de evaluar el sesgo de género en la atención sanitaria consiste en identificar si para una misma necesidad se realizan esfuerzos similares en un sexo respecto a otro por parte de los profesionales sanitarios.

"Por ejemplo, en el caso del esfuerzo diagnóstico y terapéutico, ya que si alguien es excluido del proceso diagnóstico o no se le realizan las pruebas pertinentes, tiene menos posibilidades de ser tratado adecuadamente; y ello depende tanto del profesional sanitario como de los condicionantes biológicos y de género del paciente", ha apostillado Maestre.

Además, el género no sólo influye en las diferentes necesidades de salud y búsqueda de atención sanitaria y en los diferentes tratamientos y resultados en hombres y mujeres, sino también en la investigación en salud. "Clásicamente las mujeres han estado infrarrepresentadas en la investigación clínica y, especialmente, en los ensayos clínicos, con lo que se han realizado extrapolaciones en las mujeres de los resultados obtenidos en estudios realizados mayoritariamente en población masculina", ha zanjado la experta.

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