El eco de la crisis del coronavirus se va a dejar sentir durante décadas en las bolsas mundiales. Y en las tasas de natalidad de las principales economías. Solo en EEUU, las últimas estimaciones llevadas a cabo por la Brookings Institution apuntan que dejarán de nacer entre 300.000 y 500.000 niños en 2021.
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Hay que pensar en el largo plazo. El desplome de la natalidad en 2020 y 2021, empezará a tener su impacto real en la renta variable a partir del 2035. De hecho, su huella desde entonces hasta el 2050 puede ser incluso positiva para el rendimiento de las bolsas.
La explicación a este fenómeno la tiene el indicador demográfico que usan los investigadores para relacionar la tasa de natalidad con el desempeño de la renta variable en el largo plazo. Para ello, se sirven del MY Ratio, es decir, el Middel-Young Ratio. Este indicador correlaciona el número de personas de mediana edad (entre 35 y 49 años) con el de los jóvenes (entre 20 y 34 años).
VIENTOS EN CONTRA PARA LAS BOLSAS HASTA 2035
Según este gráfico publicado en MarketWatch, el MY Ratio y los retornos bursátiles están claramente interconectados. De cara al futuro, el indicador sugiere que los vientos demográficos seguirán soplando en contra de la bolsa hasta 2035. El gráfico deberá ser modificado si se acaban cumpliendo las predicciones de natalidad y, especialmente, si su significante caída se alarga más allá de 2021.
Mark Hulbert, columnista del rotativo estadounidense, reduce toda esta teoría a que el mercado de valores tardará décadas en volver a la "normalidad" anterior a la pandemia y lo mejor que podemos hacer es "centrarnos en como sacar provecho a la 'nueva normalidad' en la que vivimos teniendo en cuenta, entre otros, el citado indicador demográfico y su impacto en las bolsas".