MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha advertido de que la esperanza de vida de los hombres en las Américas (América del Norte, Central y del Sur) es 5,8 años inferior a la de las mujeres, en parte por causas de muerte "directamente relacionados" con comportamientos machistas construidos socialmente, como la violencia interpersonal y los siniestros viales.
El informe, publicado con motivo del Día Internacional del Hombre, destaca que las expectativas sociales sobre los hombres para ser los líderes de sus familias, participar en conductas de riesgo, ser sexualmente dominantes y evitar discutir sus emociones o buscar ayuda contribuyen a tasas más altas de suicidio, homicidio, adicciones y accidentes de tránsito, así como de enfermedades no transmisibles (ENT). La OPS califica todos estos comportamientos como 'masculinidad tóxica'.
"No debemos perder de vista el hecho de que las mujeres tienen riesgos diferenciales asociados con su condición de mujeres. Pero la socialización de los hombres también conduce a una amplia gama de problemas de salud que solo pueden abordarse a través de políticas, programas y servicios de salud receptivos que se centren en sus necesidades particulares", comenta la jefa de la oficina de Equidad, Género y Diversidad Cultural de la OPS, Anna Coates.
Según el informe de la OPS, uno de cada cinco hombres en las Américas muere antes de los 50 años. "Los roles, normas y prácticas de género impuestos socialmente a los hombres refuerzan la falta de autocuidado y el abandono de su propia salud física y mental", explican. El documento también apunta que la discriminación en torno a la edad, el origen étnico, la pobreza, el estado laboral y la sexualidad agravan aún más estos resultados negativos para la salud de los hombres.
Este concepto de masculinidad conllevaría tres riesgos generales: riesgo para mujeres y niños, en forma de violencia, infecciones de transmisión sexual (ITS) y falta de responsabilidad compartida en el hogar; riesgo para otros hombres, como accidentes, homicidios y otro tipo de violencia; y riesgo para uno mismo, en forma de suicidio, accidentes, alcoholismo y otras adicciones.
DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES
Las diferencias en la mortalidad masculina y femenina en América comienzan a surgir alrededor de los 10 años, y aumentan rápidamente a partir de los 15 cuando predominan entre los hombres las causas violentas de muerte, como homicidios, accidentes y suicidios. Como resultado, la tasa de mortalidad de los hombres jóvenes es aproximadamente 4 a 7 veces mayor que la de las mujeres jóvenes.
Si bien los datos globales para algunas causas de muerte, incluida la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las infecciones de las vías respiratorias inferiores y la diabetes, siguen siendo similares entre hombres y mujeres, tres de las principales causas de muerte muestran variaciones significativas entre hombres y mujeres: homicidios (matan a siete hombres por cada mujer asesinada); lesiones en la carretera (afectan a tres hombres por cada mujer); y cirrosis del hígado causada por el alcohol, que es dos veces más alta entre los hombres que entre las mujeres.
A partir de los 50 años, las enfermedades crónicas no transmisibles comienzan a afectar desproporcionadamente a los hombres, que tienen menos probabilidades de cuidarse a sí mismos o buscar atención médica de forma rápida. Como resultado, la OPS comenta que, si bien hay más niños que niñas nacidos en el mundo (105 niños por cada 100 niñas), este número comienza a invertirse entre las edades de 30 y 40, y a la edad de 80, hay 190 mujeres por cada 100 hombres, dado que los hombres mueren a edades más tempranas.
PROPUESTAS DE MEJORA
Para abordar estos problemas relacionados con la socialización masculina en la salud, la OPS defiende que las mujeres y los hombres necesitan acceso a servicios de salud que tengan en cuenta sus necesidades particulares. Por ejemplo, el informe pide a los países que implementen medidas para mejorar la salud de los hombres, como mejorar, sistematizar y difundir datos sobre masculinidades y salud.
Asimismo, reclaman desarrollar políticas públicas y programas de salud para prevenir y abordar los principales problemas que afectan a los hombres a lo largo de la vida; y eliminar las barreras que impiden que los niños y los hombres accedan a la atención sanitaria. Por otra parte, también piden que se garantice que las instituciones, incluido el sector de la salud, las universidades y la sociedad civil, se centren en prevenir el impacto y los costos de estas masculinidades tóxicas.