MADRID, 30 (EUROPA PRESS)

La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) pide que el cribado de genotipos de alto riesgo del virus de papiloma humano (VPH) mediante técnicas moleculares se aborde a través de equipos multidisciplinares.

El 27 de abril del año pasado se publicaron en el Boletín Oficial del Estado (BOE) las directrices para instaurar, en todo el territorio español, el cribado poblacional del cáncer de cérvix, como ya ocurrió en cáncer de mama o colorrectal.

La propuesta del Ministerio de Sanidad para el cribado del cáncer de cérvix se basa en un doble circuito (para personas menores de 35 años citología cervical y seguimiento cada 3 años si el resultado de la citología es normal; y en personas mayores de 35 años el cribado en primera línea sería la determinación molecular de los genotipos de alto riesgo del virus del papiloma humano (VPH) y seguimiento cada 5 años, si no se detectara la presencia del virus). La decisión de esta delimitación de la edad es debido a que personas menores de 35 años pueden aclarar espontáneamente el virus más fácilmente que las personas con edad superior a los 35 años.

En ese mismo documento, Sanidad deja en manos de los profesionales sanitarios y de las autoridades de las diferentes comunidades autónomas la toma de decisiones para encontrar las mejores vías para su puesta en marcha. Sin embargo, la implementación del cribado de genotipos de alto riesgo del VPH mediante técnicas moleculares ha suscitado debate dentro del seno de la SEIMC pero también de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), ya que ambas sociedades científicas se sienten "legitimadas" para realizar las pruebas diagnósticas moleculares que recomiendan las guías para dicho cribado.

La SEIMC asegura que "existen aún muchas incertidumbres" sobre cuáles son las mejores estrategias y hasta donde deben proponerse técnicas complementarias en el cribado. Por un lado, expresan sus "dudas" sobre si usar plataformas de ADN o ARN, si la edad de inicio del cribado debe ser a los 30 o 35 años o si los intervalos de cribado deben ser cada 5 años o periodos mayores o como debería modificarse los protocolos de cribado cuando la población diana esté mayoritariamente vacunada. Por otro lado, discuten si "es conveniente" ofertar técnicas complementarias como el genotipado extendido del VPH o la citología con tinción dual p16/Ki67.

Asimismo, apuntan que "quedan otras cuestiones logísticas no resueltas" e incluso aspectos de gestión económica y de reorganizaciónlocal que "garantizarán la viabilidad del programa", y que "deberá contar con la participación aun de más profesionales".

Por ello, la SEIMC que "es responsabilidad de todos" encontrar las mejores vías de cooperación con el fin de establecer las estrategias "más eficientes para garantizar la calidad de vida de los ciudadanos". "Todas estas cuestiones solo se resolverán desde un abordaje multidisciplinar", insisten, por lo que proponen la creación de nuevas unidades funcionales trasversales centradas en el paciente.

PROPONEN UNIDADES MULTIDISCIPLINARES

En estas unidades funcionales, plantean un responsable anatomopatólogo en el circuito de personas menores de 35 años para los estudios citológicos y un microbiólogo en el circuito de personas mayores de 35 años para los estudios de detección molecular. "Por tanto, el debate no debería estar en discernir quién tiene más competencias o legitimidad para realizar el cribado del VPH, sino en aceptar que todos los profesionales que, desde diferentes perspectivas, se han relacionado con esta infección viral o con sus efectos en la población, tendrán mucho que aportar", comentan.

Así, recuerdan que este modelo multidisciplinar se ha implementado en algunos centros de Cataluña y se ha propuesto como la alternativa "más constructiva" en la Madrid o Canarias. "Las propuestas de modelos excluyentes tendrán una limitación futura frente a aquellos modelos multidisciplinares, consensuados y participativos, donde el microbiólogo aportará su conocimiento e amplio bagaje profesional en los estudios moleculares aplicados al diagnóstico de enfermedades infecciosas", apostillan.

"El reto que tenemos es demasiado ambicioso y atractivo para perderlo en disputas estériles sobre competencias profesionales, que solo contribuirán a retrasar la puesta en marcha de este cribado. Ahora es el momento de que todos los grupos profesionales con intereses asistenciales en el cribado poblacional del cáncer de cérvix tengan una participación activa en estos grupos de trabajo, pero también es el momento de reclamar conjuntamente desde todas las sociedades científicas implicadas, un mayor compromiso de las autoridades administrativas", concluyen.

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