MADRID, 11 (EUROPA PRESS)

La mayor parte de los hospitales cuenta con un solo farmacéutico a tiempo parcial en la UCI, pero "sería necesario ampliar la dedicación en tiempo y personal, y que más centros incluyan al farmacéutico en las unidades de cuidados intensivos hospitalarias para mejorar la calidadde la atención farmacéutica del paciente", según la doctora Marta Valera, coautora de un estudio sobre la situación de estos profesionales en la UCI impulsado por el Grupo de Trabajo Farmacéuticos de Medicina Intensiva y pacientes críticos (FarMIC).

Por su parte, la coautora del trabajo, la doctora Esther Domingo, ha explicado que "las UCIs son áreas especialmente críticas en lo referente a problemas relacionados con la medicación y a acontecimientos adversos a medicamentos, a gravedad y la inestabilidad de los pacientes, junto con el grado de complejidad de la medicación, hacen que estas unidades sean un lugar estratégico de actuación del farmacéutico de hospital".

Tal y como se desprende del estudio, el farmacéutico en el ámbito hospitalario ocupa un lugar "privilegiado" en la transmisión de información sobre medicamentos.

Esta función cobra aún mayor importancia cuando se trata de dicha transmisión al equipo asistencial que desarrolla su actividad en una UCI, donde se encuentran ante pacientes que presentan una enfermedad grave, fallo multiorgánico y múltiples comorbilidades que requieren un tratamiento farmacoterapéutico complejo como en el caso del actual Covid-19.

El número de farmacéuticos implicados en unidades de cuidados intensivos es 1 en el 77,6 por ciento de los casos, atendiendo una media de 30,8 camas (5-70). La experiencia observada en la unidad de cuidados intensivos del farmacéutico tras la realización de la encuesta fue de 5 años de mediana (2 meses-25 años).

En cuanto a la asistencia al pase de visita o cambios de guardia fue entre 'nunca' en un 36,2 por ciento a 'diariamente' en un 22,4 por ciento, mientras que el 93,1 por ciento de los encuestados reportaron dedicación a tiempo parcial en la unidad de cuidados intensivos.

Respecto a actividades desarrolladas, según se desprende del estudio, entre el 40 y el 60 por ciento gestiona estupefacientes, docencia en unidad de cuidados intensivos, conciliación y seguridad; entre el 60 y el 80 por ciento abarca nutrición clínica, protocolización, optimización de antibióticos y farmacocinética, y un 84,5 por ciento realizan seguimiento farmacoterapéutico. Un 77,6 por ciento cuenta con formación sanitaria especializada, rotando los residentes en la unidad de cuidados intensivos en un 86% de los casos.

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