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Un islote de Langerhans estándar, y derecha: un "super islote". Las células de insulina (células beta) están en azul y las células de glucagón (células alfa) en rojo; el «superislote» tiene, además, células epiteliales amnióticas, en verde.© UNIGE

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

Investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) y de los Hospitales de la Universidad de Ginebra (HUG) (Suiza) han creado, tal y como han publicado en la revista 'Nature Communications', 'superinjertos' que podría mejorar el tratamiento de los diabéticos tipo 1.

Actualmente, el trasplante de islotes es una de las últimas opciones que tienen los pacientes con una forma particularmente severa de diabetes tipo 1. Los islotes se extraen del páncreas del donante, se aíslan y luego se vuelven a inyectar en el hígado del paciente.

"El procedimiento está bien controlado, unos quince pacientes se benefician de él cada año en Suiza, pero sin embargo es complejo. Muchos de los islotes mueren a lo largo el camino y a menudo se necesitan varios donantes para tratar a una persona", han dicho los expertos.

Para mejorar el éxito del trasplante de islotes y la supervivencia de las células trasplantadas, los investigadores en Ginebra han tratado de crear islotes nuevos y más robustos que resistirían el estrés del trasplante mejor que los islotes naturales. Para hacer esto, se les ocurrió la idea de agregar células epiteliales amnióticas, tomadas de la pared de la membrana placentaria interna, a las células pancreáticas.

"Estas células, muy similares a las células madre, ya se utilizan en otras terapias, como la reparación de la córnea, por ejemplo. En nuestro caso, descubrimos que pueden promover la función de las células pancreáticas, que es producir hormonas de acuerdo con las fluctuaciones en los niveles de azúcar", han comentado los expertos.

En concreto, la adición de células epiteliales amnióticas permitió que los grupos de células formaran esferas regulares, lo que indica una mejor comunicación y conectividad intracelular. Posteriormente, los científicos trasplantaron sus 'súper islotes' en ratones diabéticos, que rápidamente comenzaron a producir insulina. "Incluso con pocos grupos de células, nuestros 'súper islotes' se adaptaron muy bien a su nuevo entorno y rápidamente se vascularizaron", han apostillado.

Las células epiteliales amnióticas son, por lo tanto, esenciales para la supervivencia de los islotes y parecen actuar sobre dos elementos vitales: la falta de oxígeno, que generalmente mata a un gran número de islotes trasplantados, y la modulación del sistema inmunitario del huésped para limitar el riesgo de rechazo.

"En cualquier trasplante, el primer paso es reducir la inmunidad del receptor para limitar el riesgo de rechazo. Las células epiteliales amnióticas tienen la característica única de proteger al feto, que también es un 'no propio' de los ataques de el sistema inmunitario de su madre. Creemos que el mismo mecanismo está funcionando para proteger los injertos", han zanjado.

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