MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El estreñimiento es una queja común en pacientes con la enfermedad de Parkinson. El trasplante de microbios fecales y los pre y probióticos son opciones potenciales para tratar el estreñimiento y restaurar el microbioma de los pacientes con enfermedad de Parkinson (EP), pero científicos de la Universidad de Groningen (Países Bajos) advierten que los datos clínicos son "escasos" y que se necesita "más investigación" antes de apoyar su uso.
En esta revisión, publicada en la revista 'Journal of Parkinson's Disease', los investigadores han evaluado el estado actual del conocimiento sobre el potencial del uso de los trasplantes fecales y pre y probióticos para restaurar el equilibrio microbiano normal del intestino en pacientes con Parkinson.
El trasplante fecal consiste en la transferencia de heces filtradas líquidas de una persona sana a un paciente por medio de una sonda nasogástrica o nasoduodenal, un enema o un colonoscopio. "Es una opción interesante para restaurar los cambios en el microbioma de los pacientes con Parkinson. Es una técnica atractiva porque la administración es relativamente simple y en general solo tiene un patrón leve de efectos adversos. Sin embargo, aún no se han realizado ensayos clínicos rigurosos, lo que deja abiertas múltiples preguntas sobre los efectos a largo plazo", explica el líder del estudio, Teus van Laar.
La administración de 'Lactobacillus' y 'Bifidobacterium' durante un período de 4 a 12 semanas ha demostrado repetidamente su eficacia en el tratamiento del estreñimiento en Parkinson. Sin embargo, no se dispone de datos clínicos sólidos sobre los posibles efectos de estos tratamientos probióticos sobre los síntomas motores o la progresión de la enfermedad.
Tras los prometedores resultados de los prebióticos en estudios en animales, el primer ensayo clínico sobre el uso de trasplante fecal en pacientes con Parkinson se está llevando a cabo en la Universidad de Gante (Bélgica), y está previsto que se complete a finales de 2019. Con un objetivo de reclutamiento de 40 pacientes con Parkinson e intervalos de seguimiento de tres meses hasta un año, el ensayo evaluará el desarrollo de los síntomas de la patología. Los investigadores observaron que los criterios de inclusión del ensayo no incluían ni excluían el estreñimiento, lo que puede complicar la interpretación de los resultados.
Los investigadores recomiendan que los tratamientos con trasplante fecal en pacientes con Parkinson "deben esperar" hasta que se disponga de mejores datos clínicos para seleccionar las poblaciones objetivo adecuadas y tener buenas estimaciones de los efectos clínicos previstos. "Aún no ha demostrado ser efectivo en los síntomas motores o en la progresión del Parkinson, tampoco qué vía de administración es óptima, ni el contenido ni la frecuencia. Todavía se desconocen los posibles efectos adversos y las posibles contraindicaciones del trasplante fecal", concluyen.