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Pasajeros aeropuerto. Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

Los 27 países de la Unión han pactado este miércoles reservarse la posibilidad de imponer restricciones y cuarentenas a todos los viajeros, incluso a los que lleguen provistos de un documento que acredite haber recibido una vacuna contra el Covid. Así, el pasaporte no será un pase para viajar libremente por la Unión Europea como pretendía inicialmente Bruselas.

Los socios comunitarios han dejado claro que el llamado “certificado verde digital de vacunación” no es un pasaporte para cruzar libremente las fronteras y que su reconocimiento o no dependerá de las medidas vigentes en cada país para frenar la expansión del virus.

“Doy la bienvenida a este primer paso”, ha señalado el primer ministro portugués, António Costa, tras alcanzarse el acuerdo. Costa ha considerado que “el certificado verde digital facilitará la libertad y seguridad de movimiento”. Pero en esta reunión han apuntado que el certificado no es un documento de viaje, “para reforzar el principio de no discriminación, en particular, hacia las personas no vacunadas”.

El giro de los 27 para restringir el uso del certificado ha coincidido con una creciente resistencia de la opinión pública a la introducción de un salvoconducto que, de momento, solo estaría disponible para una pequeña parte de la población.

Para rechazar este tipo de iniciativas, EEUU ha alegado razones de privacidad y derechos fundamentales. En el Reino Unido, por ejemplo, un grupo de parlamentarios han suscrito una carta en contra de la creación de un salvoconducto que, a la larga, podría limitar la vida social de los ciudadanos británicos.

“Esto puede llevar a consecuencias imprevistas y a riesgos para los derechos fundamentales de los ciudadanos de la UE”, han señalado el Comité europeo de protección de datos y el supervisor europeo de protección de datos en un dictamen conjunto sobre la propuesta de reglamento de la Comisión.

A la espera de la posición del Parlamento Europeo, ahora existe la posibilidad de que el proyecto quede disuelto y ponga en duda su objetivo de facilitar la movilidad dentro de la UE y salvar la campaña turística del próximo verano.

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