MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
La situación de pandemia por COVID-19 está provocando un cambio en la asistencia sanitaria a las mujeres con cáncer de mama para mantener la mejor atención posible, garantizando la seguridad y calidad asistencial, según han resaltado diversos expertos durante un encuentro virtual organizado recientemente por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama y la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), con la colaboración de Roche y Pfizer.
Sobre la posible preocupación de estas pacientes, el doctor José Ángel García Sáenz, oncólogo médico del Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, y miembro de la Junta Directiva de GEICAM, quiso transmitir un mensaje de tranquilidad, afirmando que el sistema sanitario dispone de recursos suficientes para el manejo de estas pacientes con garantías, también en estos momentos de crisis sanitaria, y que los oncólogos ponderan el riesgo-beneficio de la terapia en cada paciente de forma individual.
En la misma línea, el doctor Álvaro Rodríguez Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y secretario de GEICAM, explicó los esfuerzos conjuntos que está realizando la comunidad científica para consensuar actuaciones e informar a profesionales y pacientes.
Los especialistas participantes coincidieron en que la situación de pandemia, que obliga a reducir al máximo las visitas al hospital, supone una oportunidad para ofrecer una atención sanitaria distinta, con la misma calidad. "Tendremos que aprender a desarrollar nuestra labor asistencial de otra manera y a utilizar más los medios tecnológicos que hoy tenemos para hacer seguimiento virtual, con consultas telefónicas y telemáticas", apuntó la doctora Ana Lluch, oncólogo médico del Hospital Clínico Universitario de Valencia y miembro del comité científico de GEICAM.
En la línea de adaptar la atención sanitaria a la situación de pandemia, la doctora Vanesa Quiroga, oncólogo médico del Instituto Catalán de Oncología (ICO-Badalona) y miembro de la Junta Directiva de GEICAM, aclaró que no hay que temer el retraso de las revisiones quirúrgicas, por ejemplo, de las mujeres que han sido operadas recientemente, si la cirugía no ha presentado complicaciones. Del mismo modo, espaciar en el tiempo las dosis de tratamiento, si el equipo médico así lo considera, valorando riesgos/beneficios, no tiene por qué repercutir en la eficacia del mismo.
"Las mujeres con cáncer de mama no tienen mayor riesgo de contraer la infección por SARS-CoV-2 y las que han superado la enfermedad no tienen por qué tener una evolución más desfavorable, mientras que las que tienen el tumor activo y están en tratamiento constituyen uno de los grupos de pacientes vulnerables ante el COVID-19, junto con los mayores de 60 años, las embarazadas, las personas con enfermedad cardiovascular o pulmonar crónica, diabetes, insuficiencia renal crónica, inmunodepresión, enfermedad hepática crónica severa u obesidad mórbida", señala el doctor García Saenz.