MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El 80 por ciento de las de las personas con enfermedad mental está en paro, siendo este el colectivo de personas con discapacidad con mayor tasa de desempleo, según se ha puesto de manifiesto a lo largo de la jornada 'Empleabilidad de las personas con enfermedad mental: cumplimiento de la LISMI', organizada por la Red de Salud Mental de Araba, la Asociación para la investigación en trastorno mental severo (Psisenda) y la Asociación Alavesa de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (ASAFES), con la colaboración del Gobierno vasco, la Diputación Foral de Álava, la Cámara de Comercio de Álava y Janssen.
"El trabajo es un elemento nuclear de nuestras vidas, y no cabe duda de que el colectivo de personas con trastorno mental grave es uno de los que más dificultades tienen a la hora de acceder de forma normalizada al mundo laboral. Por ello, de cara a mejorar la situación, hemos propuesto la creación de una mesa interinstitucional, que se constituirá este próximo mes de diciembre, para elaborar una estrategia conjunta contra la lacra que supone el estigma que recae en las personas con trastorno mental grave", ha dicho la consejera de salud, Nekane Murga.
En este sentido, la gerente de la Asociación Alavesa de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (ASAFES), Vanesa Vadillo, ha recordado que la enfermedad mental y el estigma "van de la mano", ya que hay "muchos miedos" por parte del empresariado de dar oportunidades laborales a este colectivo.
En este sentido, ha recalcado "la capacidad" de las personas con enfermedad mental porque pueden trabajar al igual que otras con apoyo adecuado. De esta forma, Vadillo ha destacado que desde ASAFES, por ejemplo, ofrecen un proceso de inserción laboral controlado y en colaboración con la red de salud mental, para garantizar el buen estado del trabajador y para un buen funcionamiento, aumentando así las opciones de éxito en la inserción laboral.
Por su parte, el coordinador de Psisenda y jefe de Servicio del Hospital Psiquiátrico de Álava, Edorta Elizagárate, ha lamentado la dificultad de acceso al mundo laboral, que es una de las "más importantes desventajas" sociales que sufren con frecuencia las personas con enfermedad mental grave, al tiempo que ha destacado que, en la mayoría de los casos, estas personas desean encontrar un trabajo.
"El trabajo aumenta las habilidades sociales, mejora vida social y nuevas amistades, aprendizaje de nuevas habilidades, autonomía económica, mejora de la autoestima y estructuración de la vida cotidiana", ha apostillado.
Por último, el especialista ha reivindicado que los servicios de salud mental, en colaboración con el personal social y sanitario y otros grupos locales relevantes, faciliten el acceso a las oportunidades de trabajo, incluyendo un abanico de modalidades de apoyo adaptadas a las diferentes necesidades y a las habilidades de las personas con enfermedad mental grave.