MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La doctora del servicio de Oncología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, Yolanda Escobar, y el doctor del servicio de Oncología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, Juan Antonio Virizuela, han alertado, durante el 'Foro del Dolor Neuropático: barrera en los tratamientos oncológicos', organizado por Europa Press con la colaboración de Grünenthal Pharma, de que el dolor neuropático oncológico está "infradiagnosticado, infravalorado e infratratado".
Se trata de un dolor que se origina en las estructuras nerviosas debido a la aparición de alteraciones en la transmisión normal del impulso doloroso. En el caso de los pacientes que padecen un cáncer esta dolencia puede ser causada directamente por el propio tumor o por las terapias oncológicas como, por ejemplo, la quimioterapia, radioterapia y quimioterapia.
"El dolor neuropático oncológico está asociado a peores resultados, ya que los pacientes tienen una peor funcionalidad física, cognitiva y funcional", ha dicho el doctor Virizuela, a lo que la doctora Escobar ha subrayado las "consecuencias devastadoras" que provoca tanto a los pacientes como a los propios oncólogos.
Se calcula que la prevalencia de este tipo de dolor se sitúa entre el 5 y el 40 por ciento de los pacientes, una horquilla muy amplia que evidencia la falta de conocimiento que hay sobre el dolor neuropático oncológico, el cual a veces se confunde con otras dolencias. Además, el manejo de estos pacientes "no es fácil" y hace que entre el 40 y el 60 por ciento no estén bien controlados.
"Desde hace mucho tiempo se ha minimizado este dolor, no hay herramientas diagnósticas eficaces y se está tratando mal, lo que supone una barrera para el tratamiento específico del dolor neuropático oncológico", ha apostillado el oncólogo.
EL "OJO CLÍNICO" DEL ONCOLÓGICO PARA DIAGNOSTICAR
Y es que, en la actualidad el "ojo clínico" del oncólogo es la principal medida para detectar a un paciente con cáncer con dolor neuropático, si bien ambos expertos han lamentado que la "falta de tiempo" que hay en las consultas obstaculiza este diagnóstico, al igual que la escasa formación de los propios médicos que, según ha lamentado la doctora Escobar, no se ofrece a los estudiantes en la carrera.
Uno de los problemas más importantes derivados del diagnóstico tardío del dolor neuropático oncológico es que se puede cronificar, lo que dificulta aún más el tratamiento, el cual consiste en la administración de fármacos como analgésicos, antidepresivos, antiepilépticos o, incluso, de terapias tópicas y parches.
"Los tratamientos se deben individualizar en función de la edad, género (las mujeres suelen tener un peor pronóstico) o de la función renal y hepática. Es importante saber que este dolor puede ser reversible con un tratamiento adecuado pero que puede durar años hasta que desaparezca", ha apostillado la doctora Escobar.
Por tanto, tal y como ha puntualizado el doctor Virizuela, en el tratamiento del dolor neuropático oncológico "hay que ajustar el guante a la mano y no la mano al guante". No obstante, para ello es "imprescindible" que los pacientes sean tratados por equipos multidisciplinares y que se mejore la formación tanto de los médicos y resto de profesionales sanitarios como de los propios pacientes.
Precisamente sobre la importancia de que los enfermos conozcan este dolor ha hablado la presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), Begoña Barragán, quien ha lamentado el problema de comunicación que hay entre los pacientes y los médicos, ya que muchos lo ocultan a sus médicos porque piensan que es un aspecto más de la enfermedad. "El paciente tiene miedo a decir muchas veces que le duele y por eso también tiene que tener información y formación", ha zanjado el doctor Virizuela.
El pasado mes de junio más de un centenar y medio de profesionales sanitarios, en su mayoría especialistas en Oncología Médica, en Unidades de Dolor y enfermos de ambas especialidades, elaboraron, en una reunión organizada por Grünenthal, el primer consenso de dolor neuropático oncológico, el cual supone establecer unas líneas de abordaje basadas en la evidencia como primera opción y en la práctica clínica para establecer un marco que permita un diagnóstico, evaluación y tratamiento en el dolor neuropático oncológico.