MADRID, 14 (EUROPA PRESS)

El jefe de la Unidad de la Mujer del Hospital La Luz, Manuel Albi, ha advertido de que algunas infecciones de transmisión sexual (ITS), pese a ser asintomáticas o provocar leves síntomas, pueden causar "complicaciones clínicas que deriven en secuelas importantes, con repercusiones potencialmente graves en la salud sexual y reproductiva".

Las ITS constituyen un grave problema de salud pública a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual. Se estima que, anualmente, unos 376 millones de personas se contagian con algunas de las siguientes infecciones de transmisión sexual: gonorrea, sífilis, tricomoniasis o clamidiasis.

El especialista señala que el diagnóstico entre las diferentes infecciones del tracto genital en ocasiones resulta "difícil", ya que muchas presentan una clínica similar (leucorrea, secreción uretral, úlcera, prurito). Por ello, apunta al correcto asesoramiento sobre las ITS como la mejor manera para una prevención precoz.

"La administración de pautas monodosis, tras la presunción diagnóstica, facilita el control de las ITS, favorece el cumplimiento terapéutico y evita demoras de tratamiento y secuelas posteriores, especialmente en aquellos casos en los que los síntomas se resuelven espontáneamente. Las pacientes afectadas pueden ser poco cumplidoras o hay escaso conocimiento sobre las enfermedades y sus repercusiones. Hay que recordar que la infección simultánea de varias ITS acontece con relativa frecuencia", ha aseverado.

Por otra parte, Albi ha advertido de otras infecciones, las bacterianas como la vaginosis bacteriana (VB), que suponen la infección vaginal más frecuente en las mujeres de países desarrollados en edad reproductiva y representa la causa de leucorrea (exceso de flujo vaginal) maloliente más común y uno de los principales motivos de consulta médica.

Para el doctor Manuel Albi su importancia radica en la asociación con riesgos durante el embarazo, principalmente prematuridad, y el riesgo de infección pélvica. Además, se ha descrito que favorece la adquisición de la infección por VIH y de infecciones urinarias. No se considera una enfermedad de transmisión sexual, aunque es frecuente entre parejas de mujeres.

Existen otras infecciones urogenitales y se calcula que infectan a más de 100 millones de personas cada año por vía sexual; esto es infección por clamidias. "Son a menudo asintomáticas y no siempre desencadenan una respuesta inmune efectiva, lo que puede derivar en infecciones de larga evolución y complicaciones crónicas, especialmente graves por sus implicaciones reproductivas. Es una de las infecciones de transmisión sexual bacteriana más frecuente, especialmente en jóvenes con prácticas sexuales de riesgo y existe un tratamiento específico altamente eficaz", concluye Albi.

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