MADRID, 31 (EUROPA PRESS)

La doctora Ana Fernández Montes, facultativo especialista del Servicio de Oncología Médica del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), ha destacado que "el dolor es el síntoma de más impacto en el paciente y su familia" en cáncer colorrectal, que este martes celebra su Día Mundial.

"El paciente se refiere a él como prioritario en el tratamiento, y condiciona, además, la posibilidad de controlar otros síntomas como el insomnio o la depresión. Su correcta evaluación constituye, por tanto, un elemento indispensable para lograr un tratamiento eficaz", ha comentado la especialista.

De acuerdo con las estimaciones, el cáncer colorrectal, con un total de 44.231 nuevos casos en 2020, será el más frecuente diagnosticado en España. Es una enfermedad heterogénea, que va desde enfermedad limitada a enfermedad avanzada. "Los pacientes con enfermedad localizada se encuentran asintomáticos, a menudo, con morbilidad derivada de la cirugía reciente a la que han sido sometidos. Sin embargo, aquellos con enfermedad avanzada presentan síntomas derivados de dicho estadio como son la hiporexia/anorexia, la astenia, el dolor y a menudo depresión y ansiedad", ha valorado.

El perfil del paciente con cáncer de colon hace que concurran en él diferentes tipos de dolor. Una de las formas de dolor más difíciles de controlar en estos pacientes es el dolor irruptivo oncológico (DIO), una exacerbación transitoria del dolor que aparece sobre la base de un dolor persistente estable, y que se caracteriza por su elevada intensidad, rapidez de instauración (generalmente súbita) y corta duración (usualmente inferior a unos 20-30 minutos). Los pacientes pueden presentar varios episodios a lo largo del día, 3 o 4 como media, cuyas características pueden modificarse,.

En el caso de los pacientes con cáncer de colon, la experta ha indicado que "por un lado, hay un tipo dolor irruptivo incidental, que es el más frecuente y se relaciona fácilmente con una causa como la movilización, que se va a dar en el caso de metástasis óseas, o la defecación, en pacientes portadores de tumores rectales".

"Por otro lado, encontramos el dolor irruptivo espontáneo, que aparece de forma imprevisible y sin que exista un factor desencadenante habitual. En ocasiones puede ser identificado como ocurre con los espasmos musculares o distensión de órganos huecos (esófago, intestino, vía biliar, vejiga, hígado, y uréter) producidos por factores irritativos u obstrucción", ha agregado.

En este sentido, la experta ha apuntado que la calidad de vida de los pacientes se ve mermada y no únicamente en la derivada del propio dolor, que constituye un síntoma incapacitante e invalidante. "Un mal control del dolor irruptivo conduce al desarrollo de síntomas de depresión y ansiedad, reducción de la actividad diaria y, por ello, una reducción de la autonomía del paciente. A su vez, conduce a una menor adherencia a los tratamientos oncológicos específicos y una merma en sus relaciones sociales y sueño conllevando a un descenso significativo en la calidad de vida", ha puntualizado.

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