MADRID, 2 (EUROPA PRESS)

Los resultados de un estudio, llevado a cabo por la Universidad Federal de São Paulo (Brasil) y apoyado por la Fundación de Investigación de São Paulo, sugieren que el sistema nervioso simpático, esto es, la parte del sistema nervioso autónomo que controla las respuestas ante el peligro o el estrés, pueden modular la acción de las defensas en pacientes con enfermedades autoinmunes.

Mediante el uso de un modelo experimental de esclerosis múltiple basado en el uso de ratones modificados genéticamente, estos científicos han encontrado que el sistema nervioso simpático puede limitar la generación de las células efectoras mediante la inhibición de la acción de las células que atacan un antígeno como amenaza para el sistema inmune.

El estudio ha sido liderado por el investigador Alexandre Basso, de la Universidad Federal de São Paulo, quien ha afirmado que este estudio abre una oportunidad para el desarrollo de nuevas terapias, ya que el modelo que se presenta "podría teóricamente aplicarse a otras enfermedades autoinmunes más allá de la esclerosis múltiple".

La encefalomielitis es el modelo más usado en investigación de esclerosis múltiple actualmente. Este consiste en inducir una respuesta inflamatoria en el sistema nervioso central del animal, a través de medios de inmunización con antígenos de la mielina, la sustancia rica en lípidos aislante que rodea las fibras nerviosas y ayuda a transmitir las vibraciones eléctricas en problemas como la debilidad muscular, la pérdida de fuerza y la coordinación motora.

En estudios previos en los que se había usado este modelo, a los animales se les trató con una sustancia llamada oxidopamina en un intento de econtrar cómo el sistema nervioso simpático influye en el desarrollo de la enfermedad autoimune. La neurotoxina sintética elimina las fibras de este sistema que segregan noradrenalina, uno de los neurotransmisores que controlan los movimientos involuntarios. La ausencia de estas fibras previene el lanzamiento de esta sustancias en los órganos inervados por el sistema nervioso simpático.

Así, la oxidopamina entra en la vía de síntesis de la noradrenalina, donde es absorbida por las fibras nerviosas simpáticas que expresan tirosina hidroxilasa, una enzima presente en las neuronas y en las células del sistema autoinmune que es clave en la síntesis de la noradrenalina", ha detallado Basso.

"Las neuronas y las células que expresan tirosina hidroxilasa son también capaces de tomar la oxidopamina a través de transportadores específicos", ha afirmado. Debido a su toxicidad, la oxidopamina finalmente elimina las células y las fibras del sistema nervioso simpático.

Sin embargo, los resultados de los estudios donde se usa la oxidopamina son contradictorios. Algunos sugieren que el proceso limita el desarrollo de la enfermedad autoinmune, mientras que otros muestran exactamente lo contrario, esto es, el trastorno se vuelve incluso más severo con la ausencia de estas fibras nerviosas.

Otros estudios apuntan la posibilidad de que el tratamiento con oxidopamina podría eliminar las células del sistema inmunitario que son importantes en la enfermedad. Basándose en este hallazgo, los investigadores de este nuevo estudio formulan ahora la hipótesis de que las contradicciones que notificaron podrían reflejar el hecho de que algunas células del sistema inmune con las que interactúa el sistema nervioso también expresan tirosina hidroxilasa.

MODELO ALTERNATIVO

El grupo de Basso, por tanto, ha propuesto una estrategia experimental alternativa para el estudio de la influencia del sistema nervioso simpático en este tipo de enfermedades mediante el uso de ratones modificados genéticamente hacia la falta de ciertos receptores adrenergéticos con un papel clave en el proceso de control del lanzamiento de neurotransmisores por parte de las firbas del sistema nervioso simpático. Así, obervaron que los animales a los que les faltan estos receptores segregan mucha más noradrenalina.

"Optamos por la estrategia contraria, es decir, en lugar de usar un modelo que eliminara las fibras, usamos un modelo en el que el sistema nervioso simpático estuviera hiperactivo y, por tanto, segregara más noradrenalina", ha detallado Basso.

Después de hallar que los animales con el sistema nervioso simpático hiperactivo desarrollaron la enfermedad de forma más leve, con una respuesta inmune efectora alterada, los expertos se preguntaron cómo el nivel de lanzamiento de la noradrenalina podría influir en el desarrollo de la patología.

Para responder a esta pregunta, los científicos bloquearon uno de los receptores adrenergéticos activados por la noradrenalina. Después de este procedimiento, los animales desarrollaron la enfermedad de forma más severa que en grupo de control (con un sistema nervioso simpático hiperactivo).

"En suma, concluimos que un nivel más alto de noradrenalina lanzado por el sistema nervioso simpático regulaba el desarrollo de la enfermedad". Este nuevo modelo está siendo usado en esta universidad brasileña para estudiar el mecanismo por el cual el sistema nervioso simpático influye en las respuestas alérgicas en los pulmones.

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