MADRID, 11 (EUROPA PRESS)

Investigadores de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) han desarrollado un análisis de sangre para los biomarcadores inflamatorios y de senescencia celular, que podrían ser un predictor fiable del declive cognitivo, incluyendo la identificación de aquellos que desarrollarán una demencia temprana y una progresión motora en pacientes con enfermedad de Parkinson.

En su trabajo, publicado en la revista 'Journal of Parkinson's Disease', los investigadores examinaron la asociación de los marcadores derivados de la sangre con la función motora y cognitiva a lo largo del tiempo para descubrir si esto podría ayudar a predecir mejor la progresión de la enfermedad de los pacientes de Parkinson recién diagnosticados. Más de 150 pacientes de Parkinson recién diagnosticados y 99 controles se sometieron a evaluaciones físicas y cognitivas durante 36 meses de seguimiento.

Los investigadores analizaron si los marcadores de senescencia celular como la longitud de los telómeros (TL), la expresión de p16 y p21, así como los marcadores inflamatorios en las muestras de sangre tomadas cerca del diagnóstico, pueden predecir la progresión cognitiva y motora de la enfermedad en los próximos 36 meses. Los investigadores también seleccionaron cinco marcadores de inflamación a partir de los datos de referencia existentes.

El estudio demostró que los pacientes con Parkinson tenían telómeros más cortos en comparación con los controles sanos. Esos pacientes, que habían desarrollado demencia después de tres años, también tenían telómeros significativamente más cortos en comparación con las personas que estaban libres de demencia en ese momento. Los niveles de p16 se asociaron con tasas más rápidas de declinación motora y cognitiva en un período de 36 meses.

"El desarrollo de biomarcadores adecuados basados en la sangre para predecir los resultados es importante para las enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, que progresan a lo largo de muchos años. Los marcadores que hemos identificado necesitan ser validados en estudios adicionales pero podrían ayudar en última instancia a planificar un manejo más específico para los pacientes en las primeras etapas de su enfermedad. Además, una mejor comprensión de los cambios biológicos que predicen el curso de la enfermedad tiene implicaciones para posibles terapias futuras para esta patología", explica uno de los principales autores del trabajo, Gabriele Saretzki.

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