MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Con un control intensivo de la presión arterial, centrado en una presión arterial sistólica de menos de 120 mm Hg, una persona de 50 años podría esperar vivir casi tres años más, según ha demostrado un estudio que se presentará en las Sesiones Científicas 2019 de la American Heart Association (AHA, por sus siglas en inglés), que se celebrarán del 16 al 18 de noviembre en Philadelphia (Estados Unidos).
El trabajo ha estimado que a los 65 años, este tratamiento intensivo podría extender la vida por más de un año. Con un tratamiento intensivo, se espera que una persona de 80 años añada casi 10 meses a su vida. A nivel mundial, se calcula que 1.130 millones de personas tienen presión arterial alta, o hipertensión, que causa alrededor del 13 por ciento de todas las muertes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para lograr el objetivo de reducir la presión arterial, los pacientes adoptaron hábitos de estilo de vida saludable y tomaron los medicamentos para la presión arterial según lo recetado. "Estos son pasos importantes para prolongar su vida libre de enfermedad o discapacidad", explica el autor principal del estudio, de la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos).
El estudio se basa en los hallazgos de 2015 del Ensayo de Intervención de la Presión Arterial Sistólica ('SPRINT', por sus siglas en inglés), que evaluó el valor del tratamiento intensivo de la presión arterial para reducir las lecturas sistólicas a un objetivo más bajo, por debajo de 120 mm Hg, en lugar del objetivo utilizado de forma rutinaria de menos de 140 mm Hg.
'SPRINT', que dio seguimiento a los pacientes hasta por seis años, encontró que este enfoque intensivo redujo el riesgo de los pacientes de eventos cardiovasculares en un 25 por ciento. Estos eventos incluyeron ataque cardíaco, apoplejía, insuficiencia cardíaca y muerte cardiovascular.
El ensayo incluyó a adultos de mediana y avanzada edad con lecturas sistólicas de 130 a 180 mm Hg, que estaban en riesgo de enfermedad cardíaca pero no tenían diabetes. Se consideraba que los pacientes estaban en alto riesgo de enfermedad cardíaca si tenían al menos una de las siguientes características: evidencia de enfermedad cardiovascular que no fuera un accidente cerebrovascular, una puntuación alta de riesgo cardiovascular a los 10 años, enfermedad renal crónica o si tenían 75 años de edad o más.
En este análisis, se evaluaron los datos de 'SPRINT' para proyectar la duración total de la vida de los pacientes tratados de forma intensiva para alcanzar el objetivo de reducción de la presión arterial de 120 mm Hg y de los que recibieron atención estándar (objetivo de presión arterial sistólica de menos de 140 mm Hg).
En todos los grupos de edad, el tratamiento intensivo para la hipertensión prolongó la esperanza de vida restante de los pacientes entre 4 y 9 por ciento, en comparación con la atención estándar. "En contraste con los pacientes de mayor edad, los pacientes de mediana edad tuvieron el mayor beneficio absoluto porque comienzan con una vida útil esperada más larga y pueden recibir el tratamiento intensivo durante un periodo de tiempo más largo", aseguróa Vaduganathan.