MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

Un equipo de científicos rusos ha descubierto cómo un adyuvante llamado bromuro de azoximer aumenta la inmunogenicidad de la vacuna antigripal y, concretamente, triplica su eficiencia. El bromuro de azoximer ha sido utilizado en las vacunas antigripales rusas durante más de 20 años. Este adyuvante permite una triple reducción de la dosis de antígeno en comparación con las vacunas actuales, sin necesidad de sustancias adicionales.

Científicos de todo el mundo están trabajando en la creación de nuevas vacunas más eficientes contra la gripe. Una de las formas de hacerlo es añadir adyuvantes, es decir, sustancias que aumentan la respuesta inmunitaria al antígeno inyectado, es decir, una molécula 'enemiga' para que el sistema inmunitario combata los anticuerpos. Si una vacuna se produce con un adyuvante, se requieren sustancias menos activas para su fabricación.

"El uso de adyuvantes permite aplicar la llamada estrategia de ahorro de antígenos. Si se puede producir más vacuna a partir de la misma cantidad de antígenos, la fabricación puede iniciarse más rápidamente, y más personas pueden ser vacunadas en períodos más cortos de tiempo, lo que es extremadamente importante durante las epidemias. Además, los antígenos son proteínas extrañas para nuestros cuerpos, y cuanto menos se inyectan, menor es el riesgo de efectos secundarios", comenta el líder del estudio, Alexey Matveichev, director del Centro de Estudios Preclínicos de Petrovax.

De acuerdo con las prácticas internacionales, la mayoría de los experimentos en esta investigación se realizaron con ratones. Se estudió el efecto del bromuro de azoximer sobre las células dendríticas humanas (uno de los iniciadores clave de la respuesta inmune a la vacunación) y las células nk de los ratones. También se encontraron nuevas pruebas que explican cómo este adyuvante ayuda al desarrollo de la respuesta inmunitaria humoral (respuesta de anticuerpos), que es el objetivo principal de la vacunación.

Los animales fueron divididos en cuatro grupos, y a cada uno se les inyectó uno de los componentes estudiados: antígenos de vacuna con y sin el adyuvante, una vacuna con una cantidad estándar del antígeno, o una solución de vacuna usada como placebo. Después, los investigadores analizaron la capacidad de las células animales para participar en la respuesta inmunitaria humoral y celular, es decir, para dividir, sintetizar citoquinas (proteínas solubles importantes) y matar células diana similares a las infectadas.

Así, han evidenciado quem en presencia del bromuro de azoximer, la vacuna que contenía una menor cantidad de antígenos funcionaba tan eficientemente como la que tenía un contenido de antígenos tres veces mayor. La vacunación también aumenta la actividad del sistema inmune: comienza a combatir las células infectadas de forma más eficaz, ayudando supuestamente a una persona enferma a recuperarse de la gripe (o de un resfriado) más rápidamente.

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