La aprobación formal en EEUU de la vacuna Pfizer y BioNTech contra el Covid-19 hará que sea casi imposible desafiar con éxito la obligatoriedad por parte de las empresas a sus trabajadores. Según expertos legales consultados por Reuters, la decisión de la FDA de dar la aprobación total a la vacuna es "sísmica", dijo Brian Dean Abramson, autor de la ley de vacunas, por lo que será extremadamente difícil desafiar esta decisión y los mandatos que se deriven de ella.
Este lunes 23 de agosto, la vacuna Pfizer y BioNTech se convirtió en la primera en asegurar la validación completa de la FDA, lo que provocó llamadas a los gobiernos y empresarios privados para que las inyecciones fueran obligatorias.
Las vacunas Covid-19 han estado disponibles en EEUU desde diciembre bajo la autorización de uso de emergencia (EUA) de la FDA. El texto de la ley EUA establece que los destinatarios deben ser informados de los beneficios y riesgos de la vacuna y tener la opción de aceptarla o rechazarla. Un lenguaje que generó cierta incertidumbre con respecto a los mandatos de los empleadores, que generalmente se consideran legales, dijo Dorit Reiss, profesora de UC Hastings Law: "Con total aprobación, eso se elimina".
Tras el anuncio de la FDA el lunes, CVS Health Corp, Chevron Corp, y Goldman Sachs emitieron mandatos para algunos empleados mientras que Delta Air Lines ha sido la primera gran compañía estadounidense que impondrá un recargo de 200 dólares mensuales a los trabajadores que decidan no vacunarse, animándolos así a protegerse.
"Con el anuncio de esta semana de que la FDA ha concedido la plena aprobación de la vacuna de Pfizer, el momento de vacunarse es ahora", ha declarado Ed Bastian, director general de la compañía.
Durante la pandemia, tanto la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo como el Departamento de Justicia emitieron una guía en apoyo de la obligatoriedad de vacunarse, siempre que se hicieran excepciones por condiciones médicas y creencias religiosas.
Los expertos legales dijeron que es casi seguro que los desafíos a la obligatoriedad de ponerse las vacunas persistirán, particularmente contra los empleadores públicos o las universidades y colegios públicos, que involucran acusaciones de gobiernos que infringen los derechos constitucionales de un individuo. Ese argumento no se aplica a los empleadores privados. Pero mientras el gobierno exija la vacuna como condición para el empleo o la educación, los expertos legales dijeron que serán casos difíciles de plantear.
Con este contexto, la vacunación sigue avanzando en EEUU. Hasta el momento, solo el 60,3% de la población diana tiene la pauta completa mientras las variantes cada vez más infecciosas continúan campando a sus anchas. Según 'WSJ', en aquellos estados donde el virus hace más estragos, crece el número de personas que quieren recibir la vacuna.