El grupo industrial alemán Thyssenkrupp ha elevado sus pérdidas en el primer semestre de su año fiscal, concluido en marzo, hasta 392 millones de euros, lo que supone un incremento del 166% (más que duplicar) los 'números rojos' del mismo período del año anterior.
Las ventas en estos seis meses han sido de 17.245 millones de euros, un 10% más bajas que entre octubre de 2022 y marzo de 2023, el primer semestre fiscal de la compañía en el año anterior.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) se ha contraído en un 44% interanual, hasta 531 millones de euros, según ha informado este miércoles la compañía.
En tanto, el resultado operacional (Ebit) ha sido negativo en 156 millones de euros, frente al resultado operacional positivo de 136 millones de euros del primer semestre de su año fiscal anterior.
El consejero delegado, Miguel López, ha señalado que la compañía se ha desempeñado en este período según lo planeado, "a pesar de un entorno de mercado aún sombrío". "La transformación que hemos iniciado garantiza la viabilidad y el éxito futuro de nuestros negocios. Es esencial. También es la única manera de asegurar puestos de trabajo a largo plazo", ha afirmado.
En un entorno de mercado persistentemente difícil caracterizado por conflictos geopolíticos y comerciales, Thyssenkrupp anticipa que el desarrollo macroeconómico en el actual año fiscal será desafiante en general. Además, la empresa espera niveles de precios aún más volátiles en los mercados de ventas y aprovisionamiento, por ejemplo, de materias primas y energía. Esto puede resultar en fluctuaciones en el desarrollo de ventas y ganancias.