Seat ha presentado este miércoles sus resultados para el conjunto de 2022, un periodo en el que registró un beneficio neto de 68 millones de euros, que permiten a la firma abandonar las pérdidas por valor de 256 millones que cosechó en 2021. La compañía también desveló sus planes para 2023, un año en el que "acelerará la transformación hacia la electrificación y el crecimiento de Cupra".
El volumen de negocio de la compañía creció un 14%, pasando de 9.256 a 10.513 millones de euros, en lo que supone la segunda mayor facturación en los 73 años de su historia, por detrás del récord de 11.157 millones de euros de 2019.
El beneficio operativo aumentó en 550 millones de euros, hasta los 179 millones, tras las pérdidas de 371 millones de 2021. Esto representa una mejora del margen operativo de 5,7 puntos porcentuales, de un 4% negativo a un 1,7% positivo.
"En medio de una tormenta perfecta de retos, Seat tomó en 2022 decisiones históricas que definirán nuestra historia en los próximos años. Priorizar Cupra, implementar un nuevo plan de reducción de costes y redefinir nuestra forma de trabajar fueron cruciales para garantizar la estabilidad a largo plazo de la compañía", ha destacado el CEO de Seat, Wayne Griffiths.
La compañía ha entregado 71.500 coches en los dos primeros meses de 2023, lo que supone un 27% más que en el mismo periodo de 2022 y "sienta las bases para incrementar las ventas en 2023". Las entregas de la marca Seat han aumentado un 12%, mientras que Cupra se ha anotado un incremento del 75%.
"La marca se está preparando actualmente para su mayor ofensiva de producto, que comenzará en 2024 con el lanzamiento del Cupra Tavascan y del Cupra Terramar, seguidos del UrbanRebel en 2025. Estos nuevos modelos permitirán a la marca entrar en nuevos segmentos y mercados y alcanzar su objetivo a medio plazo de vender 500.000 coches al año", estima la compañía.
