Samsung Electronics, el principal fabricante mundial de chips de memoria y smartphones, obtuvo un beneficio neto atribuido de 12,3 billones de wones (8.860 millones de euros) en el tercer trimestre del año, lo que representa un incremento del 31% respecto al resultado de la compañía del mismo periodo de 2020.
El gigante tecnológico aprovechó la publicación de sus cifras para adelantar que espera que la escasez de componentes afecte a la demanda de chips de algunos clientes en los últimos tres meses del año, después de comunicar el que fue su mayor beneficio trimestral en tres años.
La advertencia se produce en un momento en el que los fabricantes de productos se enfrentan a una serie de problemas en la cadena de suministro, que van desde la escasez de piezas de chips lógicos hasta la falta de mano de obra, pasando por problemas logísticos y retrasos en las fábricas de piezas debido a los cortes de electricidad en China.
Según Samsung, "es posible que haya que vigilar un problema de suministro de componentes mayor de lo previsto" por su posible impacto en los dispositivos que utilizan chips de memoria, aunque añadió que existe una "fuerte demanda fundamental" de chips para servidores.
Los ingresos aumentaron un 10%, hasta la cifra récord de 74 billones de wones (54.360 millones de euros).
El beneficio operativo de la compañía en el trimestre de julio a septiembre subió un 28%, hasta los 15,8 billones de wones (11.610 millones de euros), gracias a un aumento del 82% en su negocio de chips, donde los beneficios aumentaron hasta los 10,1 billones de wones.
El beneficio operativo de la división de móviles se redujo en un 24% con respecto al año anterior, hasta los 3,36 billones de wones, ya que las ventas de los nuevos teléfonos inteligentes plegables de Samsung se vieron afectadas por los costes de comercialización.
