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La compañía alemana de suministro energético RWE tuvo un beneficio neto atribuido hasta junio de 1.010 millones de euros, un 21,7% más que un año antes, tras el aumento del beneficio de la energía eólica en el mar. RWE se va a centrar en la energía eólica, solar, hidráulica, biomasa y gas, así como en la negociación de energía.

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RWE, que vendió el año pasado su división de renovables y redes Innogy a E.on, informó este jueves de que la facturación prácticamente se mantuvo 6.475 millones de euros (+0,5%). A finales de año quiere contratar nuevos parques eólicos y solares con una capacidad total de 1,3 gigavatios, aunque el encargo de algunos activos será aplazado al próximo año debido al coronavirus, especialmente en EEUU.

RWE, que tiene una deuda neta de 7.785 millones de euros (+12,4%), confirmó sus planes de repartir un dividendo de 0,85 euros por acción por el 2020, 5 céntimos más que por el 2019. Además, tuvo un flujo libre de caja de 248 millones de euros (-1.647 millones de euros un año antes).

RWE va a adquirir algunos proyectos eólicos y fotovoltaicos al fabricante de aerogeneradores alemán Nordex, participado por la española Acciona. En concreto, RWE se hace con capacidades de 2,7 gigavatios, de ellos 1,9 gigavatios en Francia, y los 0,8 gigavatios restantes en España, Suecia y Polonia. Aproximadamente el 15% de los proyectos están cerca de la decisión final de inversión o en un estadio avanzado de desarrollo, dijo hoy RWE al presentar los resultados.

El director Financiero, Markus Krebber, dijo que el "coronavirus arroja una sombra en la economía global", pero RWE ha capeado estos momentos difíciles bien hasta ahora, lo que se refleja en el resultado del primer semestre.

El resultado operativo bruto antes de extraordinarios del segmento de carbón y energía atómica, del que se quiere desprender, se duplicó respecto al año pasado debido a unos precios mayoristas más elevados. Casi toda la producción de estas centrales ha sido vendida en años anteriores. RWE habrá cerrado para el 2030 dos terceras partes de su capacidad de generación con lignito, por lo que como resultado se reducirán más de 3.000 empleos hasta finales de 2022.

La compañía alemana prevé recortar más de 6.000 empleos hasta el 2030. El número de empleados en las operaciones con lignito bajará más de un 60% en sólo diez años.

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