Rolls-Royce registró en 2022 unas pérdidas netas de 1.194 millones de libras en sus operaciones continuadas, mientras que en las discontinuadas ganó 158 millones de libras. Por su parte, logró una ganancia operativa ajustada de 652 millones de libras, aumentando un 57% y superando la estimación de los analistas, frente a los 414 millones de libras del año anterior. Sus acciones se han disparado un 23% este jueves.
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La compañía ingresó el año pasado 13.520 millones de libras, un 20% más. Por su parte, el flujo de efectivo libre aumentó hasta los 505 millones. La deuda neta cayó a 3.300 millones de libras frente a los 5.200 millones de finales de 2021.
De cara al futuro, la compañía prevé lograr un beneficio operativo ajustado de 1.000 millones de libras esterlinas, frente a los 800 millones que había pronosticado anteriormente. De hecho, el nuevo CEO de Rolls-Royce, Tufan Erginbilgic, ha prometido "beneficios, flujo de caja y rendimientos sustancialmente mayores".
"Si bien nuestro desempeño mejoró en 2022, somos capaces de mucho más", ha añadido Erginbilgic, que reemplazó a Warren East a principios de enero y acaba de anunciar una reestructuración estratégica de las operaciones de la empresa. Se espera que Erbinbilgic impulse un cambio importante como parte del programa de transformación de la empresa, incluida una revisión estratégica para dirigir el negocio en una dirección más positiva.
Para los analistas de Interactive Investor, "los inversores han perdido el favor de Rolls-Royce en los últimos años debido a su viaje lleno de baches con acciones que perdieron más del 60% en los últimos cinco años. Sin embargo, eso podría cambiar con la reorganización del CEO".