Richemont ha registrado un crecimiento del 61% en su beneficio neto anual, hasta los 2.000 millones de euros. El gigante suizo del lujo, propietario de la casa de joyería Cartier, se ha visto beneficiado por un contexto de fuerte repunte de la demanda. Sus acciones se desploman un 12,8%.
La facturación, por su parte, aumentó un 46%, alcanzando un nivel récord de más de 19.100 millones de euros en su ejercicio fiscal que finalizó el 31 de marzo. La compañía ha visto crecer sus ventas un 47% sin efectos cambiarios.
Richemont ha propuesto distribuir un dividendo de 2,25 francos, además de un dividendo especial de 1 franco por acción, después de un dividendo ordinario de 2 francos hace un año.
El grupo se mantiene cauteloso sobre las perspectivas, ya que "el entorno sigue siendo incierto". No obstante, Richemont "está bien posicionado para el crecimiento futuro", expresa en un comunicado la compañía.
Richemont ha añadido que su decisión de suspender las actividades comerciales en Rusia generó un cargo de 98 millones de euros en gastos operativos. También tuvo ajustes de valoración de 70 millones de euros por existencias mantenidas en Rusia.