Kellogg ha presentado este jueves sus resultados correspondientes al segundo trimestre del año, en el que ha obtenido un beneficio por acción (BPA) de 1,02 dólares, lo que supone una mejora del 8,4% desde los 0,95 dólares por título reportados en el mismo periodo del año anterior.
Las mejores ganancias estuvieron "impulsadas por unas mayores ventas, precios de mercado netos favorables y cargos únicos, y una tasa impositiva efectiva más baja que compensó con creces los costos iniciales incrementales relacionados con la separación pendiente".
Por su parte, las ventas han crecido un 4,6% en el periodo, hasta alcanzar los 4.041 millones, lo que refleja "un impulso sostenido en los snacks que más que compensó los impactos de la elasticidad de precios y conversión de moneda adversa".
Además, el resultado operativo ha sido de 509 millones, lo que implica un crecimiento del 22,7% en la comparativa interanual, "impulsado por una recuperación antes de lo esperado en el margen de beneficio bruto y por el crecimiento de las ventas netas".
Las ventas netas reportadas de Kellogg en América del Norte en el segundo trimestre aumentaron un 3% interanual, mientras que la división europea aumentó un 12% su facturación, por debajo del 17% que creció en América Latina. En el mercado asiático y africano, las ventas cayeron un 3%.
"Nuestro segundo trimestre se caracterizó por la fortaleza continua de nuestras marcas, ejecución y resultados. No solo seguimos aumentando las ventas netas orgánicamente por encima de nuestros objetivos a largo plazo, también estamos viendo los resultados de nuestros esfuerzos para recuperar los márgenes de beneficio", destaca Steve Cahillane, presidente y director ejecutivo de Kellogg Company.
Además, la compañía ha mejorado sus previsiones para el conjunto del año, y ahora espera una caída del BPA de entre el 1% y el 2%, mientras que antes consideraba que podía llegar al 3%.