Indra perdió 65 millones de euros en 2020, impactada por el Covid-19, frente a las ganancias de 121 millones de euros del ejercicio anterior, según los resultados presentados este miércoles. No obstante, la compañía redujo su deuda a mínimos de diez años, hasta situarla en 481 millones de euros.
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El grupo de tecnología y consultoría logró elevar su cartera un 16% de pedidos de Indra hasta la cifra récord de 5.229 millones de euros, en comparación con los 4.511 millones de euros de finales de 2019.
En cuanto a la contratación, creció un 8,4% en moneda local en 2020, alcanzando los 3.858 millones de euros, impulsada por Transporte y Defensa.
Los ingresos se redujeron un 1,6% en moneda local (un 5,0% en reportado), aunque en el cuarto trimestre crecieron un 1,0% en moneda local frente al mismo período de 2019. El tipo de cambio tuvo un fuerte impacto negativo en el ejercicio (de -108 millones de euros en ingresos y de -7,3 millones en el EBIT). El impacto del tipo de cambio en el cuarto trimestre de 2020 fue de -35 millones de euros en ingresos y de -3,6 millones en el EBIT.
Mientras, el margen operativo alcanzó los 168 millones de euros en 2020 (margen del 5,5%) frente a 257 millones en 2019 (margen del 8,0%) por los retrasos acumulados y la menor actividad. El margen operativo del cuarto trimestre de 2020 se situó en el 9,0%, ayudado por las primeras consecuencias positivas del plan de acción.
En el cuarto trimestre del año, la contratación de Indra descendió un 2,5% en términos reportados, pero aumentó un 0,9% en moneda local, hasta los 1.028 millones de euros, mientras que los ingresos cayeron un 2,9% reportado, pero subieron un 1% en moneda local, hasta los 890 millones de euros.
Por su parte, el Ebitda de la empresa registró un resultado negativo de 2 millones de euros los tres últimos meses del año, frente a las ganancias de 123 millones de euros de un año. Indra registró además unas pérdidas netas de 34 millones de euros, en contraste con los 57 millones de euros que ganó hace un año.
El presidente ejecutivo de Indra, Fernando Abril-Martorell, ha señalado que los resultados de 2020 se han visto "profundamente afectados" en la rentabilidad por la crisis del Covid-19, reflejada principalmente en retrasos en los proyectos en curso y en la toma de decisiones sus clientes, y por el impacto de las provisiones del plan de acción que puso en marcha a mitad de ejercicio para afrontar la crisis y los cambios estructurales en las necesidades de sus clientes.
En concreto, ha detallado que su negocio de Transporte y Defensa ha sufrido un impacto mayor en los ingresos y en la rentabilidad subyacente (excluyendo los impactos extraordinarios) por el mayor volumen de retrasos sufridos, mientras que en Minsait ha tenido un impacto menor en ingresos, aunque sí es elevado en su margen operativo, sufriendo además una mayor debilidad en la demanda.
Sin embargo, ha destacado que, a pesar de este entorno "tan difícil", se ha registrado una buena evolución en la contratación y la generación de caja durante el ejercicio. Además, ha añadido que la cartera alcanza su nivel histórico más elevado, fundamentalmente por la contratación de Transporte y Defensa, mientras que la generación de caja ha permitido reducir la deuda neta al menor nivel absoluto de los últimos diez ejercicios.
CRECIMIENTO POR DIVISIONES
Por verticales, la unidad de Transporte y Defensa (T&D) registró un descenso de los ingresos del 4,5% en moneda local, hasta los 1.120 millones de euros, mientras que en términos reportados bajaron un 5,8%. La contratación en esta división aumentó un 21,9% en términos reportados y un 23,2% en moneda local, hasta los 1.800 millones de euros, gracias al fuerte repunte en Defensa y Seguridad (del 37% en moneda local).
Por su parte, la cifra de negocio de Minsait (TI) subió un 0,1% en moneda local, pero se redujo un 4,5% en términos reportados, hasta 1.924 millones de euros, mientras que la contratación alcanzó los 2.058 millones de euros, un 6,9% menos en términos reportados y un 1,5% menos en moneda local.
Por regiones, los ingresos descendieron un 0,6% en España, mientras que en América aumentaron un 4,7% en moneda local, pero bajaron un 10,8% en términos reportados. En Europa subieron un 3,5% en moneda local y un 3% en términos reportados, mientras que en África, Oriente Medio y Asia bajaron un 23,4% y un 24%, respectivamente.
DEUDA Y FLUJO DE CAJA
La deuda neta alcanzó los 481 millones de euros en 2020, frente a los 552 millones de euros de 2019 y los 626 millones de los nueve primeros meses de 2020, lo que la sitúa en su nivel más bajo desde 2010.
De cara a 2021, la empresa espera unos ingresos mayores de 3.200 millones de euros en moneda constante y un Ebit reportado superior a 200 millones de euros. Asimismo, estima que el flujo de caja supere los 120 millones de euros (excluyendo las salidas de caja correspondientes a los planes de transformación de plantilla).
En este sentido, Abril-Martorell ha apuntado que, a pesar del "notable endurecimiento" de la pandemia durante la segunda parte del ejercicio, la compañía finalmente ha podido cumplir los nuevos objetivos de 2020 anunciados en julio para los ingresos y el Ebit en su rango inferior y ha logrado un "destacado sobrecumplimiento" en la generación de caja.
"En definitiva, aunque la pandemia aún sigue afectando a los primeros meses de este nuevo año y continúa suponiendo una gran fuente de incertidumbre a la hora de presupuestar el ejercicio, pensamos que el nivel de partida de nuestra cartera y balance, junto con los ahorros que deberíamos ser capaces de materializar de nuestro plan de acción, deberían permitirnos recuperar los niveles pre-crisis en este año, tal y como reflejan nuestros objetivos para 2021, y retomar la política de retribución al accionista en este ejercicio", ha remarcado.