Heineken abandonó las pérdidas en 2021, un ejercicio en el que logró un beneficio neto de 3.320 millones de euros. La compañía también ha anunciado que el año pasado registró un aumento en los volúmenes de cerveza vendidos del 4,6%, alcanzando un nivel "muy superior al de 2019".
La firma cervecera registró una facturación de 26.580 millones de euros, un aumento del 11,8%. En 2020, fuertemente afectada por las restricciones sanitarias, había registrado pérdidas de 204 millones de euros.
"Hemos dado un gran paso hacia la recuperación a los niveles previos a la pandemia y, en algunas partes, yendo más allá", dice el jefe del grupo, Dolf van den Brink, en un comunicado. "De cara al futuro, aunque la velocidad de la recuperación sigue siendo incierta y enfrentamos importantes desafíos inflacionarios, nos sentimos alentados por el sólido desempeño de nuestro negocio", añade.
La segunda cervecera más grande del mundo ha afirmado que la pandemia del CovidD-19 aún afectaría a los ingresos de 2022 y que el impacto de la inflación y las presiones de la cadena de suministro sería significativo. "En general, esperamos una mejora secuencial estable a modesta en el beneficio operativo en 2022".
Además, Heineken ha planteado dudas sobre si podría alcanzar sus objetivos de margen de beneficio a medio plazo debido al impacto de la inflación. Confirma que todavía apunta a un margen de ganancias operativas del 17% en 2023, pero debido a una "mayor incertidumbre" ligada al contexto económico y al aumento de los costes, Heineken actualizará su guía para 2023 más adelante este año.