En la carrera de fondo para presentar resultados del segundo trimestre, ha llegado el turno para General Motors. El gigante automovilístico estadounidense inclumple con las expectativas pese a generar unos beneficios netos de 2.836 millones de dólares, lo que se traduce en un beneficio ajustado por acción de 1,97 dólares, mientras que los analistas calculaban que sería de 2,23 dólares. Esto ha provocado caídas del 8,91% en Wall Street.
Las ganancias de la compañía se han visto arrastradas por un coste de garantía de 1.300 millones de dólares, en los que se incluye los 800 millones que ha generado el Chevrolet Bolt EV. Los quebraderos de cabeza de la marca con este vehículo eléctrico le ha llevado a retirarlo del mercado dos veces por riesgo de incendio.
Pese a ello,ha conseguido unas ganancias ajustadas de récord, superando a las de 2016, cuando se situó en 3.900 millones de dólares.
Asimismo, logra recuperar la senda de la rentabilidad tras un año, el 2020, marcado por las restricciones al movimiento que provocaron una gran caída en sus ingresos. De hecho, los 2.800 millones de dólares en beneficios contrastan con las pérdidas generadas un año antes, que se situaban en los 758 millones de dólares.
En cuanto a las previsiones, las ha elevado de cara a final de año, con una horquilla que va de los 11.500 millones a los 13.500 millones de dólares. Sin embargo, también estima que el impacto de la escasez de chips reduza entre 1.500 y 2.000 millones sus ganancias.
"Los chips representan un poco más de una oportunidad perdida de lo que podría haber sido aún mejor, pero el año está progresando bastante bien y creo que hemos superado todas esas expectativas iniciales para superar lo que pensamos que podríamos hacer a principios de año", ha dicho Paul Jacobson, director financiero de la compañía, en una conversación con los periodistas recogida por 'CNBC'.