EiDF registró unas pérdidas de 31,958 millones de euros en el ejercicio 2023, lo que supone casi multiplicar por ocho los 'números rojos' de 4,036 millones de euros del año anterior, informó la compañía cotizada en el BME Growth, que vuelve a chocar con su auditor, PwC, que incluye salvedades en sus cuentas.
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A pesar de estas pérdidas, el grupo destacó que fue capaz de revertir el signo del fondo de maniobra, que pasa de un saldo negativo de -20,930 millones de euros a 31 de diciembre de 2022 a un saldo positivo de 9,634 millones de euros a 31 de diciembre de 2023. Una mejora de 30,6 millones de euros desde el cierre del ejercicio anterior.
Los ingresos agregados del grupo en 2023 ascendieron a 229,2 millones de euros, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado se situó en los 25,22 millones de euros.
Asimismo, EiDF indicó que, "con el objetivo de sentar unas bases sólidas en aras del crecimiento que lleva desarrollando los últimos años, se ha optado por una política de máxima prudencia, optimizando aquellas partidas en el balance del grupo para mayor precisión y transparencia".
PWC
No obstante, el grupo vuelve a contar con salvedades en sus cuentas de su auditor, en esta ocasión PwC, que puso de manifiesto que siguen "existiendo debilidades significativas en el modelo de control interno del grupo".
El año pasado, la compañía ya vio como era suspendida en Bolsa entre abril y agosto por no publicar sus cuentas de 2022 en el plazo previsto por discrepancias con PwC y se vio obligado a reformularlas.
"Debido a la relevancia de las incidencias detectadas a la fecha de nuestra opinión, no nos es posible asegurar totalmente que no pudieran surgir otras cuestiones no identificadas que, en su caso, pudieran suponer otros posibles errores y/o contingencias no recogidas en las cuentas anuales consolidadas adjuntas", señaló ahora PwC.
Además, el auditor advirtió de que el grupo "tiene contabilizados activos por impuesto diferido cuya recuperabilidad depende de los ingresos obtenidos en la venta y/o explotación de las plantas fotovoltaicas propiedad de las sociedades de propósito especial constituidas por el grupo".
"Considerando la actual situación del grupo, las pérdidas incurridas en las operaciones de desinversión realizadas en el ejercicio 2023 y la elevada incertidumbre en la estimación de los ingresos futuros, dichos activos no cumplen los requisitos que establece la normativa contable para su activación", añadió PwC, que cree que "los activos por impuestos diferidos están sobrevalorados en 5,8 millones de euros y las pérdidas del ejercicio deben incrementarse por este mismo importe".
Igualmente, PwC estimó que EiDF "no ha registrado el importe que se deriva de la resolución del 11 de abril de 2024 por la cual el juzgado de primera instancia de León estimó parcialmente la demanda de un cliente, condenando a la sociedad dominante al pago de un importe de aproximadamente 3,6 millones de euros".
LÍNEAS DE ACTUACIÓN
De todas maneras, EiDF indicó que ha trabajado en los últimos meses como líneas de actuación en la aportaciones de socios formalizadas a través de préstamos participativos convertibles, con la intención de patrimonializar la sociedad; así como en la rotación de activos de autoconsumo con PPA, para monetizar y generar caja recurrente; y en acuerdos con socios financieros para desarrollar proyectos de generación fotovoltaica, que permitan acelerar el negocio de la empresa y generar sinergias con las comercializadoras del grupo.
Además, destacó que cuenta con "un gran modelo de negocio consolidado e integrado verticalmente" entre sus tres unidades de negocio. Por un lado, Autoconsumo Industrial y Generación que suponen para el grupo un 71% y Comercialización, que supondría un 29%, teniendo en cuenta porcentajes aproximados y ajustados sobre Ebitda 2023.
El grupo presidido por Fernando Romer prevé poner en operación 80 megavatios (MW) y desarrollar nuevos parques hasta un total de 620 MW de generación fotovoltaico.