Burberry cerró su año fiscal 2024 (acabado el 30 de marzo) ganando un 34% menos, hasta los 418 millones de libras, en "un contexto de desaceleración de la demanda de lujo".
Por su parte, las ventas cayeron un 4%, con una facturación de 2.968 millones de libras. "Nuestros resultados financieros del año fiscal 24 estuvieron por debajo de nuestras expectativas originales".
Así lo ha reconocido el director ejecutivo de la compañía, Jonathan Akeroyd. No obstante, asegura que han "logrado un buen progreso al reenfocar nuestra imagen de marca, evolucionar nuestro producto y fortalecer la distribución al mismo tiempo que ofrecemos mejoras operativas".
"Estamos utilizando lo que hemos aprendido durante el año pasado para perfeccionar nuestro enfoque, mientras nos adaptamos al entorno externo. Seguimos confiando en nuestra estrategia para hacer realidad el potencial de Burberry como marca de lujo británica moderna y en nuestra capacidad para afrontar con éxito este período", ha añadido.
Por otro lado, Burberry ha propuesto un dividendo para todo el año de 61 peniques.
De cara las previsiones de los próximos meses, la compañía espera que los ingresos mayoristas caerán alrededor de un 25% en el primer semestre.
"Ahora esperamos un viento en contra cambiario de aproximadamente 30 millones de libras esterlinas para los ingresos y aproximadamente 20 millones de libras esterlinas para el beneficio operativo ajustado en el año fiscal 2025", dicen.
Los analistas de Third Bridge comentan que Burberry se encuentra entre las marcas que se han visto afectadas por la desaceleración observada en toda la industria del lujo. Creen que la compañía "está luchando por definir claramente y elevar su identidad de marca, lo que genera mensajes confusos y un crecimiento deficiente de las ventas".
