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El fabricante de aeronaves Boeing reduce un 16% sus pérdidas en el primer trimestre del año. La compañía estadounidense ha perdido 355 millones entre enero y marzo frente a los 425 millones perdidos en el mismo período comparable del año pasado.

Las acciones de la firma radicada en Virginia caen un 1% en Wall Street tras conocerse estas cifras. Boeing ha sido uno de los títulos más castigado por los mercados en los últimos meses –acumula una caída del 35% desde comienzos de año– tras la crisis desatada por la falta de seguridad en algunos de sus aviones.

Este resultado se explica, en parte, por el recorte del 8% de los ingresos de la compañía, que ha cerrado marzo con unas ventas de 16.659 millones de dólares frente a los 17.921 millones conseguidos en el primer trimestre de 2023. En concreto, el negocio de aviación comercial de la compañía se llevó el peor golpe, ya que los ingresos cayeron un 31% (4.653 millones de dólares) y las entregas de aeronaves se recortaron un 36% hasta las 83 frente a las 130 anteriores; estas cifras reportaron una pérdida de neta de 1.143 millones de dólares, cerca del doble que hace un año (615 millones), y hundieron el margen operativo hasta el -24,6% desde el -9,2%.

Según Boeing, esta abrupta caída se debe a las menores entregas del Boeing 737 y a la inmovilización del 737 MAX 9. Durante el trimestre, la compañía ha subrayado que el programa 737 ralentizó la producción por debajo de 38 aviones al mes para incorporar "mejoras a su sistema de gestión de calidad y reducir el trabajo itinerante dentro de su fábrica y cadena de suministro". "Además, Commercial Airplanes está aplicando un "amplio plan de acción" para abordar los comentarios de la auditoría de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus iniciales en inglés) sobre la producción del 737", han agregado.

La firma estadounidense ha detallado que el segmento de aviación comercial realizó 125 pedidos netos, incluidos 85 aviones 737 MAX 10 para American Airlines y 28 aviones 777X para otros clientes como Ethiopian Airlines. A cierre de marzo, la cartera de pedidos incluía más de 5.600 aviones valorados en 448.000 millones de dólares.

Los otros negocios de Boeing han sufrido algo menos. Es el caso del negocio de Defensa, Espacio y Seguridad, que ha vuelto a registrar beneficios entre enero y marzo (151 millones de dólares) y ha aumentado sus ingresos un 6% hasta los 6.950 millones de dólares.

Durante el trimestre, este segmento obtuvo la adjudicación de 17 aviones P-8A Poseidon para la Real Fuerza Aérea Canadiense y la Armada Alemana, se aseguró el contrato final de producción de 17 F/A-18 Super Hornets de la Armada de EEUU y recibió una modificación del contrato de coste del MQ-25 de la Armada de EEUU que incluye dos aviones de prueba adicionales. La cartera de pedidos de esta área ascendió a 61.000 millones de dólares a cierre de marzo, de los cuales el 31% corresponde a pedidos de clientes de fuera de Estados Unidos.

"Nuestros resultados del primer trimestre reflejan las medidas inmediatas que hemos tomado para ralentizar la producción del 737 con el fin de impulsar mejoras en la calidad. Nos tomaremos el tiempo necesario para reforzar nuestros sistemas de gestión de calidad y seguridad y este trabajo nos posicionará para un futuro más sólido y estable", ha señalado Dave Calhoun, presidente y CEO de Boeing. Cabe recordar que Calhoun dejará su cargo a finales de año.

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