Cuando parecía que el mundo se empezaba a olvidar del Covid-19 y que la actividad entraba en fase de normalización, China se enfrenta a un nuevo brote, el peor desde el primer trimestre de 2020. Las autoridades del país, siguiendo su criterio de ‘cero covid’, han ordenado bloqueos de importantes regiones, entre las que destaca Shanghái y todo su entorno, y a las que se podría sumar la capital, Pekín.
Así, tal y como explica Antonio Castelo, analista de iBroker.es, el área que ha estado bajo restricciones entre marzo y abril genera casi el 25% del PIB del gigante asiático, porcentaje que supera al 18% que supusieron las áreas cerradas en agosto de 2021 y el 63% que constituyeron los confinamientos entre enero y febrero de 2020.
Teniendo en cuenta el protagonismo que tiene China en las cadenas de producción mundiales, "una interrupción prolongada de la actividad en el gigante asiático generaría riesgos evidentes para la economía global", asegura el experto de iBroker.es.
En su opinión, es muy difícil a priori cuantificar el impacto que puede tener este nuevo confinamiento en los diferentes sectores a escala global, “pero es evidente que lo va a tener y no sólo por la disminución de producción en las fábricas chinas, sino también por el colapso que se está generando en los principales puertos del país, con una situación casi tan compleja como la registrada durante los peores de la pandemia”.
La importancia de Shanghái, tal y como recuerda Castelo, es enorme, tanto por ser uno de los centros de fabricación más importantes de China, con un gran peso en su economía, como por su posición en la cadena de suministro mundial. “El puerto de Shanghái es uno de los más importantes a nivel logístico del mundo, ya que maneja el 20% del tráfico de mercancías de China”, enfatiza este economista.
Además, recuerda que, según diversas fuentes, es probable que los retrasos en los envíos globales se mantengan elevados a lo largo de 2022.
SECTORES MÁS SENSIBLES A LOS ENDURECIMIENTOS
En este escenario, prevé que informática, electrónica, equipamiento eléctrico, automoción, maquinaria industrial y sector textil sean, probablemente, los sectores más afectados; y que sus consecuencias, antes o después, se acaben extendiendo al resto.
Para Castelo, la campaña de publicación de resultados puede ser un buen indicador para observar qué compañías están sufriendo (o pueden sufrir en el futuro) un mayor impacto por los acontecimientos que están pesando sobre el mercado: incremento de precios, coronavirus y confinamientos en China, y guerra en Ucrania.
Por el momento, apunta, los sectores que se están mostrando más preocupados por las disrupciones en las cadenas de suministro están siendo los industriales, de semiconductores y automóviles. “Suponemos que el sector consumo no tardará en verse afectado también”, recalca.
A este respecto, resalta que empresas como LG, EssilorLuxottica, Philips, General Electric, 3M o Mercedes Benz han reconocido en estos días que las interrupciones en las cadenas de suministro están añadiendo incertidumbre a sus perspectivas comerciales.
En este escenario, concluye Castelo, “es muy previsible un traslado en cascada de unos sectores a otros y, por lo tanto, al conjunto de la actividad económica caso de que no mejore la situación”.
VISIÓN MÁS OPTIMISTA
Más optimista se muestra María Ángeles Ruiz Ezpeleta, profesora de EAE Business School. “Si un periodo tan dramático de confinamiento como el que hemos vivido durante los últimos dos años no ha representado una catástrofe irrecuperable, un corto periodo de confinamiento en Shanghái no debe ser motivo de alarma, y aún menos a nivel mundial”, opina.