"El 1% más rico de la población pone los colores, elige los pinceles, escoge el paisaje, determina la iluminación, hace la composición y ordena el marco y el emplazamiento. El 20% más rico algo pinta. El 80% restante quita el polvo y mira durante el tiempo que le permiten mirar y desde la perspectiva que le permiten hacerlo".
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Dura conclusión a la que llega el economista Santiago Niño-Becerra, después de analizar en La Carta de la Bolsa los ingresos medios que desde 1979 se registran en Estados Unidos. Observa el profesor de la Universidad Ramón Llull que los únicos ingresos que destacan son los del 1% más rico de la población, "incluso era así a mediados de los 70, que era cuando más se redistribuía por la vía fiscal; lo que sucede es que desde finales de los 80 su evolución se ha salido de madre. Los del 20% más rico algo significan, aunque nada en comparación con los anteriores; a resaltar su senda creciente desde mediados de los 2000. El otro 80% está ahí: apelmazado, plano, insignificante e irrelevante".
El 1% rico pone el color; el otro 20% pinta algo; y el 80% restante quita el polvo
Esto sobre la media de ingresos, pero en cuanto a la cuota de ingresos, es aún peor la desigualdad entre ricos y pobres porque "la tendencia del 1% más rico, meteóricamente hacia arriba; tortazos de las Bolsas les hacen caer, pero se recuperan en un pis-pás. El 20% más rico también muestra una tendencia creciente, pero nada que ver con los anteriores, nada. Y las del 80% restante, pues ya ven, simplemente caen, sin paliativos ni edulcorantes".
Crítica sobre la que, además, no tiene esperanza que cambie sino que vaya a peor: "Ahora estiren el razonamiento e introduzcan la tecnología inteligente, la automatización de procesos, la manufactura 3D, los nuevos materiales y el Internet de las cosas. Y estimen la tendencia de estos gráficos durante los próximos veinte años".
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