Joaquín Sabina, que anoche reaparecía en Madrid tras cuatro años sin subirse a un escenario en la capital, tuvo que interrumpir el concierto al que asistían 14.000 espectadores por un ataque de miedo escénico. Su representante ha asegurado sin embargo que se encuentra bien y que mantiene el concierto del martes.

Tras comenzar con emoción y entrega, media hora antes del final previsto, el jienense sufría una indisposición y anunciaba él mismo al público que no se encontraba bien: “Me ha dado un Pastora Soler”, en referencia a la reciente decisión de la cantante de retirarse de los escenarios tras subir en dos ocasiones problemas similares.

Sabina presenta en Madrid una gira dedicada a rememorar los 15 años del que se dice que ha sido el mejor disco de su extensa carrera “19 días y 500 noches”. Su representante, José Navarro Berry, ha explicado que el cantante se encuentra bien, "ha dormido y descansado", y que mantiene el concierto previsto el martes también en Madrid.

Berry ha explicado en declaraciones a Onda Cero que el cantante se encuentra "muy bien (...) abandonó el escenario tras una hora y cincuenta minutos (...) verdaderamente lo que le quedaban eran los bises. Se lo explicó a la gente, que no se encontraba bien, que no haría los bises, y se fue a casa, se acostó y ha dormido toda la noche". Ha recordado el ictus que sufrió, un episodio que "no es fácil de llevar", pero ha asegurado que el resto de los compromisos de esta gira en España siguen en pie.

A pesar de ser un veterano sobre el escenario, Sabina ha sufrido un mal que no es tan extraño para artistas curtidos en los escenarios y ante las cámaras. Han reconocido sufrir situaciones similares cantantes como Alejandro Sanz o Adele, y actrices como Scarlett Johanson.

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