- ‘Con el tiempo podríamos ver un impacto negativo en la deuda’, advierte José Luis Martínez Campuzano, de Citi
- Los países más afectados por la crisis de 2008 y de 2011, ampliamente beneficiados
- España verá como se encarecerán sus importaciones
A pesar del respiro del que la moneda única está gozando tras tocar mínimos no vistos desde 2003, en los 1,1456, y que le está permitiendo levantar cabeza por encima de los 1,15, es innegable que la debilidad del euro persistirá. Y aunque algunas voces apuestan a por una vuelta a niveles por encima de los 1,25, son más los que afirman que el Euro/Dólar continuará su depreciación.
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La divisa compartida se ha dejado más de un 20% en todo el camino bajista que ha recorrido desde los máximos de 2014, en las inmediaciones de los 1,40, y muchos acarician la paridad con la punta de los dedos. Sin embargo, analistas del mercado de las divisas como Adrián Aquaro, fundador de Trader College, advierten no dejarse llevar por los cantos de sirena, ya que son “los mismos que veían el Euro/Dólar en 1,45 en mayo pasado, y esas profecías suelen tener un asidero basado en emociones y no en un análisis serio”.
Aún así, desde un punto de vista púramente técnico, José María Rodríguez, analista de Bolsamanía, no descarta que a esta ritmo “en cuestión de pocas semanas tengamos el precio en la zona de soporte que le confiere la base del canal bajista (1,05) y la directriz alcista de largo plazo (1,04)".
Ante la inminente decisión del Banco Central Europeo (BCE), que se espera que anuncie compras de bonos soberanos por un importe de entre 500 mil millones de euros y 600 mil millones de euros, todo está servido para un rebote que no se extenderá más allá de los 1,18. Y es que, tal y como apuntan expertos de bancos como Rabobank y Danske Bank, el camino que conducirá al euro hasta los 1,10 - 1,05 no será lineal.
Con el tiempo podríamos ver un impacto negativo en la deuda
En este contexto, los efectos positivos de la caída del euro son mucho mayores que los negativos. Pero “haberlos, haylos”. Tal y como alerta José Luis Martínez Campuzano, analista de Citi en España: “Por el momento sólo es un ajuste importante, pero también limitado, aunque con el tiempo y en función de la magnitud del descenso del euro, podríamos ver un impacto negativo en la deuda y otros mercados en euros”. “Al final, todo lo que suene a caída libre genera incertidumbre”, aclara el analista.
IMPORTADORES Y VIAJEROS PERDERÁN PODER ADQUISITIVO
Quienes primero notarán la depreciación de la moneda única en sus cuentas de resultados serán las empresas importadoras de mercancías, ya que les sale más caro comprar, y el ciudadano de a pie que quiera viajar fuera, especialmente a EEUU y China.
Para estos últimos, si son destinos turísticos, se pueden cambiar por Rusia o Japón, que también han visto como sus divisas han tocado mínimos. En el caso de las empresas, podrían ver mitigado el efecto gracias a la caída de los precios que propicia el desplome del petróleo. Para Campuzano, este es un problema que se puede revertir ya que “las compras se verán reemplazadas por producción interna”, aunque reconoce que es “evidente que la depreciación de la moneda supone un menor poder de compra para productos y servicios de fuera”.
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¿Y QUIÉN SACA PARTIDO?
También hay algunos escépticos para quienes es muy complicado valorar si el efecto de la caída del euro llegará a estimular la economía de la Zona Euro inmediatamente, combatiendo la desinflación. Tal es el caso de Álvaro Olmeda y Ramón Morell, de ETX Capital España, que reconocen que “es positivo porque las empresas dispondrían de más fondos para invertir, también es verdad que es frecuente que esas inversiones tarden meses o años en cristalizarse en resultados” y, además, “esos fondos generados por su actividad evitan acudir al sistema financiero a pedir créditos, por lo que su bondad es limitada”, puntualizan.
“Y si las inversiones se realizan en el exterior para potenciar la producción en otros países o incrementar la comercialización de sus productos, su efecto directo en la economía de la Zona Euro es nulo a corto plazo”, exponen los expertos de ETX Capital España.
Sin embargo, son mayores los motivos para alegrarse de que Europa vea como se debilita su divisa. Para Adrián Aquaro, es el resultado que todos los países buscan en la llamada guerra de divisas: “Tener su moneda lo más baja posible ante el dólar para hacer más competitivas sus economías”.
Los países más afectados por la crisis de 2008 y de 2011 se verán beneficiados
En ese contexto, señala este experto que los países más afectados por la crisis de 2008 y de 2011, que son los del sur europeo, se verán ámpliamente beneficiados: “Sus costes de exportación serán menores, al tiempo que el sector del turismo receptivo, una poderosa industria que suele sufrir problemas con el euro caro, va a ganar mucho terreno”, explica.
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La mayoría de expertos consultados señalan a la sempiterna Alemania como una de las grandes ganadoras: es netamente exportadora a países que están fuera de la Zona Euro, con importaciones de 409.000 millones de euros y exportaciones de 489.000 millones (datos de 2013), “por lo que sacará provecho de un euro más débil”, subrayan Olmeda y Morell.
Robert Casajuana, gestor de carteras en SLM y profesor de ISEFi, enumera otras naciones favorecidas -en base a datos de 2013: "Holanda tiene un superávit comercial del 10.25% saliendo muy bien parada, Italia también se lucará ya que su superávit es del 1.95% de su PIB. A destacar Irlanda que a pesar de que los números absolutos no son muy abultados por ser una economía pequeña, su superávit comercial del 22.41% de su PIB es la gran favorecida de la debilidad del euro y le da un espaldarazo definitivo en la mejora de su economía". En cambio, "Francia con un déficit comercial del -3.70% de su PIB es la perjudicada por el encarecimiento de sus importaciones", enuncia Casajuana.
ESPAÑA, GANA O PIERDE
España, con importaciones a regiones de fuera del euro por valor de 85.000 millones y exportaciones de 71.000 millones, tampoco sale bien parada: “En esta situación, se encarecen las importaciones que al ser mayores que las exportaciones, repercuten negativamente en la balanza comercial del país. Sólo en el supuesto de que España incrementara sus exportaciones, este perjuicio quedaría limitado”, señalan desde ETX Capital España.
Grifols, BBVA, Ferrovial y ACS entre las cotizadas que sacarán tajada
Pero los expertos de Self Bank indican que “España ha ganado competitividad a lo largo de los últimos meses, lo cual la ha hecho atractiva a la hora de invertir. Un euro débil es un argumento más en la misma línea, y ya comienzan a notarse revisiones al alza en las previsiones de las empresas exportadoras”.
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Así, entre las cotizadas nacionales resaltan las que registran más ventas en Estados Unidos. “El crecimiento de la economía americana garantiza la evolución de su negocio allí, y ganan adicionalmente por el cambio de divisa”, afirma Infobolsa en un reciente análisis. Es el caso de Grifols, que tiene un 52% de sus ventas entre EEUU y Canadá. El BBVA, por su parte, tiene “un 10% de las ventas” en EEUU a través de BBVA Compass.
También Ferrovial, que explota el negocio de las autopistas en EEUU, recibirá un impulso y otra ganadora sería ACS, ya que “América es la segunda área geográfica que más ventas aporta a su cuenta de resultados, sólo por detrás de Asia Pacífico” a la empresa de Florentino Pérez.
La industria de la agroalimentación verá como ciertos productos típicos de la dieta mediterránea obtendrán mayor cuota de mercado. Hay apetito por alimentos como el queso manchego, que exporta un 75% de su producción al extranjero. Y no nos olvidemos del sector inmobiliario, que verá como los inversores extranjeros comprarán casas y otros activos europeos.
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