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La crisis bancaria que se inició con la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) supera ya los dos meses de duración, y si bien la tensión parece haber decrecido en este periodo, el sector sigue lejos de disipar todas las dudas sobre su situación, mientras los analistas lanzan un mensaje de advertencia, ya que todavía encuentran una serie de amenazas para la estabilidad de las entidades financieras.

Florian Späte, estratega de bonos senior de Generali Investments, asegura que "la situación del sector bancario sigue siendo inestable y la vuelta a la normalidad es prematura", por lo que mantiene unas previsiones negativas para el corto plazo.

"A pesar de la normalización de algunos indicadores, sigue habiendo mucha tensión en el sistema. Aunque aparentemente es difícil hacer una previsión sobre el momento y el alcance de las futuras turbulencias, suponemos que las distorsiones tenderán a aumentar en las próximas semanas", asegura.

Si se cumplen sus augurios, los siguientes meses traerán renovadas preocupaciones sobre la salud del sector, después de un mes de abril en el que "la situación en los mercados internacionales de deuda pública se calmó notablemente".

"El rango de negociación de los rendimientos de los bonos estadounidenses y alemanes fue bastante estrecho. En general, los rendimientos del Bund subieron en toda la curva, mientras que los de EEUU cotizaron lateralmente. De ahí que el diferencial de rendimiento transatlántico haya caído a mínimos de varios años en todos los vencimientos", agrega.

De cara al futuro, Späte considera que "el aumento de los rendimientos no es sostenible", por lo que prevé un "descenso moderado" de los rendimientos básicos, a pesar de que espera un Banco Central Europeo (BCE) agresivo en los siguientes meses.

"Aunque hemos revisado al alza nuestras expectativas sobre los tipos de interés oficiales del BCE (una subida de 25 puntos básicos en junio, aparte de la ya acometida en mayo), consideramos que el nivel actual de 75 puntos básicos es excesivo. Ello podría dar lugar a una decepción si el BCE no se mostrara tan agresivo como recientemente o como esperan los mercados financieros", destaca.

Además, apunta que "la diferencia entre el tipo de interés oficial del BCE previsto a medio plazo y los rendimientos del Bund a 10 años, que están muy correlacionados y tienden a situarse en niveles similares, ha vuelto a aumentar recientemente hasta situarse en torno a los 30 puntos básicos", lo que "limita el potencial bajista inmediato de los rendimientos del Bund".

En consecuencia, este analista espera que los rendimientos del Bund a 10 años "se desmoronen ligeramente a corto plazo", con un nivel de alrededor del 2,20% en un horizonte de 1 año.

PREVISIONES PARA EEUU

Al otro lado del Atlántico, las situación se muestra "básicamente similar", a pesar de que desde Generali Investments esperan "una subida más de los tipos de interés oficiales por parte de la Fed (aunque los mercados no descartan una adicional)". Además, señalan que, "a diferencia del BCE (que se espera que no recorte hasta el verano de 2024), se prevé que la Fed inicie un nuevo ciclo de bajada de los tipos de interés oficiales ya en el último trimestre del 2023".

Con todo, consideran que "la crisis bancaria en EEUU no puede descartarse definitivamente", aunque ven margen "para que la (aún elevada) volatilidad del mercado de bonos estadounidense siga disminuyendo". Por este motivo prevén "que disminuyan las tasas de inflación (nivel y volatilidad) y la dispersión de las expectativas sobre la evolución económica", lo que augura "unos rendimientos algo más bajos".

"Aunque prevemos una disminución de liquidez en los próximos meses en medio del cambio de tendencia en las medidas extraordinarias de política monetaria (por ejemplo, QT), esperamos que los rendimientos estadounidenses caigan un poco más que los rendimientos Bund. No obstante, es probable que la mayor parte del estrechamiento del diferencial de rendimiento transatlántico a 10 años haya terminado (el diferencial era de unos 200 puntos básicos en abril de 2022", agregan.

Además de la situación de los bancos, el otro gran tema que marca la economía de Estados Unidos es el techo de deuda, aunque los analistas no esperan que tenga "un impacto duradero en el mercado de deuda pública estadounidense".

"Aunque la tensión del mercado es actualmente visible en el mercado monetario (y continuará hasta que se alcance una solución), dado que el impago es solo un riesgo de cola y que es mucho más probable un acuerdo poco antes del plazo final, suponemos por el momento que el debate no tendrá una influencia duradera en los bonos del Tesoro estadounidense (como en 2011)", destacan.

¿ES BUEN MOMENTO PARA INVERTIR?

Los mercados han adquirido una fuerte dosis de volatilidad desde la irrupción de la crisis bancaria, y desde La Française AM señalan que "continúa la presión sobre los precios de las acciones de los bancos regionales estadounidenses", y agregan que "es difícil imaginar cómo podría cambiar esta situación, ya que cada nueva resolución protege a los depositantes y a los titulares de deuda preferente, pero marca el valor de la acción a 0".

"Aunque el crecimiento económico se mantenga, no significa necesariamente que todo vaya bien para los activos financieros. Mantenemos un sesgo muy conservador en general, basado en las mismas perspectivas. Estamos al final del ciclo, las condiciones financieras son restrictivas y los bancos centrales no serán tan generosos como antes, dada la tasa de inflación continuamente elevada. Todo ello repercute negativamente en la distribución del crédito y aumenta la probabilidad de que se produzcan perturbaciones en los próximos meses", concluyen.

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