- Andreas Lubitz aprovechó su salida al servicio para bloquear la cabina de mandos
- Sondenheimer gritó varias veces: Por el amor de Dios ¡Abre la maldita puerta!
Patrick Sondenheimer era el comandante que acompañaba a Andreas Lubitz a los mandos del A320 de Germanwings. Casado y con dos hijos, se trataba de un piloto experimentado que acumulaba ya más de 6.000 horas de vuelos en aviones del modelo de Airbus siniestrado. Las pesquisas de la investigación apuntan a que el comandante abandonó la cabina para ir al servicio, momento que aprovechó Lubitz para activar el sistema de seguridad y cerrar la puerta.
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Sondenheimer abandonó la cabina para ir al servicio y Lubitz lo aprovechó para bloquear la puerta de la cabina
Según destaca The Independent, Sondenheimer era un profesional de prestigio en Lufthansa. Trabajaba para la compañía desde hacía diez años, aunque comenzó a volar en Germanwings en mayo de 2014. Pero Sondenheimer fue además el hombre que intentó y luchó hasta el final para evitar la tragedia que ha golpeado al mundo entero.
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Las grabaciones de las cajas negras desvelan, según la Fiscalía, que el comandante abandonó la cabina de mando momentáneamente para ir al servicio. Sondemheimer no podría haber imaginado que ese gesto serviría para que el copiloto Lubitz activase el mecanismo de seguridad de la puerta de la cabina e impidiera que ningún miembro de la tripulación accediera a ella. "Abre la maldita puerta". Estas fueron las últimas palabras que gritó el piloto del vuelo de Germanwings siniestrado antes de que el avión se estrellara. Palabras que reflejan la angustia por no poder acceder a la cabina.
En las grabaciones se escucha al comandante golpear insistentemente la puerta bloqueada mientras pedía a gritos al copiloto que la abriera: por el amor de Dios, abre la puerta. ¡Abre la maldita puerta!", gritó el capitán Patrick Sondheimer durante los últimos instantes del vuelo, según revelan las grabaciones a las que la Fiscalía francesa ha tenido acceso. Esos ocho minutos fatídicos fueron los que marcaron el destino del A320, ya que Lubitz activó el piloto automático en modo aterrizaje, de tal manera que el avión descendió poco a poco hasta estrellarse contra los Alpes.
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Seguramente Sondemheimer desconociera los problemas por los que estaba atravesando Lubitz, como ha manifestado su expareja. La que fuera novia del copiloto, ha asegurado que tiempo antes de la tragedia le había manifestado que "su nombre sería recordado". A pesar de los supuestos episodios depresivos por lo que habría atravesado, la exnovia considera que Lubitz era "capaz de engañar a todo el mundo sobre su estado real".
Las últimas informaciones publicadas por The New York Times también apuntan a que Lubitz estaría siendo tratado en las últimas semanas por algunos problemas de visión, aunque las mismas fuentes sostienen que también podría ser solo fruto de un proceso psicosomático.
Hay que destacar que según revelaciones de The Telegraph el copiloto “planeó cuidadosamente su decisión de dejar el piloto aislado fuera de la cabina y estrellar la aeronave”. Explica el medio que filtraciones de este audio ponen de manifiesto que Lubitz insistió instó varias veces a Sondheimer a que abandonara la cabina, para dejarlo solo a los mandos del avión
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