• Nadie está a salvo, ni espías ni espiados
  • Los piratas informáticos se aprovechan de la curiosidad por conversaciones ajenas

La aplicación WhatsApp se ha convertido en uno de los servicios de mensajería instantánea con más éxito de la última década. Esta herramienta, clara dominadora en su sector, permite a las personas comunicarse de una forma realmente barata y, a priori, segura de las miradas indiscretas. Pero, como en todo, siempre hay quien recela de la aplicación y se las ingenia para terminar accediendo al historial de conversaciones de otra persona, ya sea su pareja, amigo o simplemente conocido.

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DELITO PENAL

Esta acción conlleva un importante riesgo, ya que acceder a conversaciones privadas sin autorización de la persona 'espiada' supone incurrir en un delito de descubrimiento y revelación de secretos, regulado en el artículo 197 del código penal español. De esta forma, los 'curiosos' que quieren acceder a información que no se les ha suministrado se enfrentan a sanciones que contemplan penas de prisión.

Supone incurrir en un delito de descubrimiento y revelación de secretos, regulado en el artículo 197 del código penal

Además, estas personas se enfrentan a otro riesgo que puede tener consecuencias importantes. Los piratas de la red saben de la malicia y la curiosidad de ciertas personas, por lo que desarrollan programas nocivos para aprovecharse de estos curiosos. Y lo más peligroso es que saben cómo llegar a los espías.

RASTRO FÁCIL DE SEGUIR

Quien intenta interceptar una conversación ajena sin tener experiencia en el mundo de la tecnología se expone a dejar un camino fácil de seguir. Se meten en buscadores e introducen frases del estilo de “¿Cómo espiar el WhatsApp de alguien?”, o de esa naturaleza. De esta forma, los hackers tienen una buena base sobre la que trabajar.

Aparecen programas 'aparentemente' útiles pero que terminan suscribiendo a los curiosos a servicios de sms premium

En los resultados de búsqueda de estos términos, aparecen programas 'aparentemente' útiles pero que terminan suscribiendo a los curiosos a servicios de sms premium, con su correspondiente desembolso económico, o a otros servicios de pago que acaban teniendo un impacto considerable en la cuenta corriente.

NADIE ESTÁ A SALVO, NI ESPÍAS NI ESPIADOS

Los programas para espiar conversaciones ajenas evidentemente existe, pero su uso es arriesgado, ya que hay que tener grandes conocimientos de la materia para no exponerse a los peligros recogidos más arriba. De todos modos, siempre se puede descubrir si alguien se ha inmiscuido en un asunto ajeno, por lo que nadie está a salvo, ni espías ni espiados.

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