• El 45% de la población de los países desarrollados creen que las empresas influyen mucho sobre los gobiernos
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Las crecientes diferencias salariales ligadas a la crisis económica es un tema que cada vez preocupa más, incluso a los que más cobran. Según una encuesta elaborada por CNBC y Burson-Marsteller, el 68% de los consejeros delegados de España están preocupados por esta brecha en los salarios, el porcentaje más elevado de todos los países desarrollados.

A los ejecutivos españoles, les siguen los indonesios y los indios, los cuales consideran que las diferencias salariales son un problema en el 41% y el 33% de los casos, respectivamente.

Por contra, los directivos menos preocupados por la marcha de los salarios son los rusos y alemanes (10% de los casos) y Polonia, con un 9%.

EL PODER DE LAS EMPRESAS

Además, en el caso de España, que es el único país cuya opinión pública cree que los CEOs se preocupan por la creciente desigualdad de ingresos, llama la atención como los encuestados consideran en un 45% que las corporaciones tienen demasiada influencia sobre los gobiernos, un porcentaje similar al de Alemania y Estados Unidos.

La dicotomoía se hace más clara entre las economías desarrolladas y las amergentes, que mientras en las primeras el 52% de la población tiene una opinión favorable hacia las empresas, en las segundas asciende al 72% del público.

Una inmersión más profunda en las economías emergentes apunta que tanto el público en general como los ejecutivos son más propensos a ver las empresas como “fuente de esperanza”, en comparación con sus homólogos de los países desarrollados, que las ven con más “reticencia”.

El 45% de la población general en los países desarrollados cree que las corporaciones tienen demasiado poder sobre el gobierno frente a sólo el 30% del público en las economías emergentes.

LA EVASIÓN FISCAL

En cuanto a los impuestos sobre las empresas, los encuestados de todos los países están de acuerdo. El 62% de la población general mundial y el 56% de los ejecutivos globales dicen que las corporaciones se aprovechan de lagunas fiscales.

La mayor parte del mundo está de acuerdo en que es importante que las corporaciones paguen sus impuestos, una recomendación a la que se ha sumado la OCDE al pedir a las principales economías del mundo que cambien sus normas fiscales para vigilar a los grandes evasores de impuestos.

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