La guerra entre las principales teleoperadoras por aumentar su cartera de clientes ha desencadenado una importante bajada de precios que beneficia a los usuarios, que cada vez cuentan con más ventajas a la hora de contratar una línea fija.

La evolución en la oferta de estos servicios ha sido una constante desde que apareciese Internet y, varios años más tarde, el ADSL. Las compañías se adaptaron a estos nuevos servicios al ofrecer tarifas planas en llamadas nacionales.

La irrupción de la telefonía móvil y de los avances en la misa, que han llegado a unir telefonía e Internet en un mismo aparato, volvieron a tambalear al sector, que ha visto en la fibra óptica el último desafío para poder ajustarse a los tiempos que corren.

Esta nueva tecnología ha desencadenado que las teleoperadoras comiencen a ofrecer paquetes en los que se incluye la conexión a Internet y líneas de teléfono fijas y móviles, contando estas últimas con su correspondiente conexión de datos. Esta reducción ha supuesto un descenso del 50% en el precio de la telefonía móvil en siete años (una línea de pospago conllevaba un gasto mensual medio de 20 euros en 2006 mientras que hoy en día se sitúa en torno a los 10). Por su parte, la telefonía fija ha ido descendiendo desde los 13 céntimos por minuto de precio medio en 2006 a paquetes que cobran este servicio con un céntimo al minuto, o incluso gratis.

Ahora, los usuarios pueden disfrutar de todos estos servicios desde 35 euros al mes, tarifas que ofrecen Vodafone y Pepephone. Estos paquetes son más discretos que otros que pone a disposición la competencia pero tienen un precio muy asequible.

De todos modos, el precio medio del sector se encuentra en torno a los 40 euros al mes. Por lo general, por esta mensualidad, los usuarios disfrutan de llamadas nacionales ilimitadas en casi todas las compañías y de conexiones a Internet (tanto móvil como fija) de una capacidad elevada. En este arco se encuentran los paquetes de compañías como Movistar, Orange o Yoigo.

G.D.

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