MADRID, 09 SEP. (Bolsamania.com/BMS) .- La semana que hoy termina ha estado marcada, sin ningún genero de dudas, por un claro protagonista el Banco Central Europeo. En su habitual reunión mensual hubo fuegos de artificio dado que anunció un ambicioso plan de compra de deuda soberana que por sus características nosotros tildamos el mismo jueves de revolucionario. En un segundo plano quedó la decisión unánime de mantener los tipos de interés en el 0,75%. Ya habrá ocasión para bajarlos…
Draghi vendió las bondades del plan como “algo básico en el reestablecimiento de los mecanismos de transmisión de la política monetaria”. No le falta razón al economista italiano pero el problema es que con esta decisión el BCE ha traspasado el punto de no retorno. A la vista de los alemanes,el plan parece una flagrante violación del espíritu y la letra de los Tratados europeos que prohíben la financiación monetaria de los déficits. Tampoco hace falta ser alemán para ver las implicaciones de fondo de estas medidas.
En mi opinión, con esta decisión la batalla ideológica de la conducción de la política monetaria parece que tiene un ganador claro, Milton Friedman. Las ideas del economista de la Escuela de Chicago han triunfado sobre las teorías austriacas lideradas por Mises y Hayek. En un ejercicio de pragmatismo a la americana, Draghi y el Comité Ejecutivo del BCE se han subido al carro de las tesis de los monetaristas que prevalecen sobre el ordoliberalismo defendido por el Bundesbank basado en reglas fijas. Una escuela apuesta por el uso de una política económica discrecional frente a la otra que cree en una política económica basada en reglas tanto en el ámbito fiscal como en el monetario que limitan la posible discrecionalidad de los gobernantes sobre sus gobernados. El activismo monetario de Chicago triunfa otra vez sobre el enfoque de reglas de Viena.
Solo el paso del tiempo nos podrá decir si el golpe de autoridad del BCE va a sacar a la Zona Euro de la ruina o si por el contrario va a ser el camino hacia su perdición. En un primer momento, las medidas son una clara apuesta por la pervivencia del Euro. Los inversores internacionales saben que el BCE está dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para garantizar la irreversibilidad de la moneda única. El dicho de mercado que dice que “no se debe apostar contra el Banco Central” es más vigente hoy que nunca.
Francisco Miñana