El Ministerio de Hacienda ha decidido que cambiará su propuesta inicial y aumentará el mínimo exento de 2.000 euros por año trabajado. Esta es la conclusión a la que han llegado tras la reunión que han mantenido hoy con los sindicatos en la que se ha debatido sobre la reforma fiscal.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se comprometió al cambio ante los líderes de los sindicatos y la patronal. Aun así, aun no se conoce hasta donde subirá ese mínimo exento.
Por otra parte, Montoro y el secretario de Estado, Miguel Ferre, informaron a los representantes de la patronal Juan Rosell (CEOE) y Jesús Terciado (Cepyme), de que el Gobierno no terminará con la deducción para las empresas por despedir como gasto para asegurar la viabilidad de la empresa.
Hasta ahora las indemnizaciones por despido solo pagan impuestos cuando superan la compensación prevista para rescisiones improcedentes, 45 o 33 días por año trabajado. En la reforma que propone el Gobierno, las indemnizaciones pagarán IRPF cuando superen los 2.000 euros por año trabajado, lo que afecta a los sueldos superiores a los 20.000 euros al año. Los cálculos de Hacienda dicen que con estos topes, el 80% de despidos, según los números de 2012, seguirían sin pagar impuestos.
La nueva propuesta se anunciará en unos días, entre finales de esta semana o principios de la que viene, para que el anteproyecto definitivo pueda aprobarse en el Consejo de Ministros del 25 de julio y no del 18 como estaba previsto.
"El Gobierno es consciente de que ha hecho un planteamiento inadecuado", indicó Méndez, de UGT, "y está dispuesto a elevar el mínimo exento y a hacer una ponderación por edad". Ferre, en cambio, explicó que la ponderación se da automáticamente al incrementar la cantidad que no paga impuestos. "Se trata de proteger a la gente que se ve en la peor situación al perder el empleo", afirmó Toxo, que fue crítico con la propuesta del Gobierno.
J.A.M.