General Motors sigue avanzando en su estrategia de convertirse en un fabricante de automóviles totalmente eléctricos, un negocio del que espera obtener unos ingresos de más de 50.000 millones de dólares en 2025, frente a su anterior previsión de 30.000 millones de octubre del año pasado.
La compañía, que recientemente presentó algunas de las muchas novedades que espera lanzar antes de 2024 en vehículos eléctricos y autónomos, sigue teniendo como objetivo producir 2 millones de vehículos eléctricos para 2025 y confía en obtener un beneficio por acción (BPA) comprendido en un rango entre los 6,75 y los 7,25 dólares.
POTENCIAL ALCISTA DEL 97%
“Con muchos más vehículos eléctricos en camino, más plantas de fabricación de de baterías Ultium, el próximo lanzamiento de software Ultifi y su negocio de camionetas eléctricas BrightDrop, vemos que General Motors transita adecuadamente hacia su objetivo de convertirse en un fabricante de automóviles totalmente eléctrico para 2035”, sostienen los analistas de Morningstar, quienes fijan el precio objetivo del valor en los 75 dólares, con un potencial alcista próximo al 97% desde los niveles actuales de cotización.
COMPETENCIA INTENSA
Pese a estas favorables perspectivas, los citados analistas reconocen que el grupo no cuenta con unas ventajas competitivas destacadas. “La fabricación de vehículos es una industria muy intensiva en capital, pero las barreras de entrada no son tan altas como en el pasado. Además, es posible que los fabricantes chinos e indios den pronto el salto a mercados desarrollados como el de Estados Unidos, y empresas surcoreanas como Hyundai y Kia se han convertido en formidables competidores”, comentan.
Igualmente, resaltan que la presión competitiva en baterías eléctricas también es alta, con nuevas compañías pujantes en el sector como Lucid, Rivian y Fisker; e indican que “la industria automotriz es tan cíclica que, en tiempos difíciles, incluso los mejores fabricantes de automóviles no pueden evitar grandes caídas en los rendimientos y en las ganancias”.
Aun así, desde Morningstar se muestran confiados en que la multinacional se vuelva más rentable a medida que avance en su transformación y ponen de relieve su "drástica reducción de costes laborales, y su mayores márgenes”.