Dudas. Muchas dudas. Es la sensación predominante en el mercado tras la reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), en la que el banco central ha vuelto a lanzar un mensaje bastante más acomodaticio de lo esperado. Da la sensación de que Powell y su equipo han preferido 'ponerse la venda antes de la herida'. Es decir, han proporcionado previsiones y tomado medidas para evitar un daño a la economía que todavía no se ha producido, pero que puede producirse, según temen.
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Wall Street cierra con signo mixto pese a las medidas acomodaticias de la FedPor ello, han anticipado que no subirán los tipos de interés en 2019, frente a su anterior estimación de dos subidas en enero y de hasta tres subidas en diciembre. Además, han confirmado que dejarán de reducir el tamaño de su balance en septiembre, pero que ya desde mayo comenzarán a dejar de retirar liquidez del mercado.
Los inversores no esperaban tanto, como demuestra la reacción inicial positiva de Wall Street. El consenso apostaba por una subida de tipos a final de año y por una finalización del proceso para reducir el balance también a final de año. Pero nadie pensaba que fuera a comenzar en mayo.
Y esto ha generado algo de desconfianza, porque los inversores comienzan a descontar que la Fed teme que las cosas empeoren aún más de lo reflejado en el recorte de sus previsiones de crecimiento. Finalmente, Wall Street cerró con signo mixto, debido al desplome del 3% del sector bancario.
Simon Harvey, analista de Monex Europe, señala que los anuncios de la Fed "han ido más allá de lo anticipado por el mercado", pero añade que "la cuestión es cuánto puede durar el rally antes de que los problemas globales vuelvan, a través de un mayor deterioro del crecimiento global y una menor demanda externa por parte de China".
Para este experto, en la Fed "están mucho más preocupados sobre los riesgos externos de lo que creemos justifica el escenario base". Su razonamiento es que hubiera sido suficiente con anticipar "paciencia" a la hora de calibrar la evolución de los problemas globales y no anticipar al mercado que los tipos no subirán en 2019. Así, se hubieran cubierto ante un posible repunte de la inflación a partir del verano.
Ian Shepherdson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics, afima que la Fed está "esperando a que suceda un accidente". En su opinión, las medidas más acomodaticias de lo esperado son un movimiento "innecesariamente audaz", ya que el banco central corre el riesgo de tener que cambiar de rumbo cuando los problemas globales se desvanezcan y "la subida de los salarios" en EEUU se convierta en su principal desafío.
Para Shepherdson, una política monetaria tan blanda por parte de la Fed, sin subidas de tipos en 2019, sólo estaría justificada si se produce "un dramático empeoramiento de la guerra comercial entre EEUU y China, un mayor deterioro del crecimiento global o se materializa un Brexit duro". En este sentido, Powell remarcó en la rueda de prensa que la incertidumbre sobre el Brexit y las tensiones comerciales no se habían resuelto.
Por su parte, Michael Hanson, experto de TD Securities, considera que "la Fed ha capitulado aún más con sus previsiones sobre los tipos, las proyecciones económicas y las medidas sobre el balance, todas más acomodaticias de lo esperado". En su opinión, la Fed se ha pasado de frenada porque los datos económicos en EEUU sorprenderán al alza y los riesgos globales se reducirán.
Por último, desde Berenberg afirman que las medidas anunciadas por Powell y su equipo suponen un cambio "sustancial y digno de mención". Aunque estos expertos aconsejan no interpretar las previsiones de la Fed "como si fueran el Evangelio, debido a las incertidumbres crecientes", ya que "las cosas pueden cambiar mucho en los próximos meses".